Vivir católico
Progresivo.
Vigilemos y oremos en todo tiempo, porque el demonio no usará con nosotros lo que usa con los pecadores que ya tiene en su poder, a los que tienta descarada y groseramente; sino que con nosotros, que tratamos de vivir en gracia de Dios y amistad con el Señor, usará otra táctica, que es la de disfrazarse de ángel de luz, la de inducirnos paulatinamente, despaciosamente al pecado; pero muy gradualmente, con “naderías”, con pecados leves, de a poco nos va alejando de la oración, de la luz de Dios, hasta que al final, como la fruta que se pudre en el árbol, cae al suelo.
Estemos atentos porque así como para llegar a ser santos hay que dar el primer paso en el camino hacia la santidad; también se necesita del primer paso para descender al abismo del pecado.
Ya dicen los santos y maestros de la vida espiritual que el pecado más fácil de evitar es el primero, es decir, que no tenemos que dar ese primer paso en el mal. Ni siquiera aunque se trate de un “pecadito”, porque sería abrirle la puerta al diablo, para que influencie en nuestras vidas y en las vidas de quienes amamos.
No por nada el Señor nos manda vigilar y orar. ¿Vigilar qué? Nuestro corazón, nuestras intenciones, las cosas y situaciones que nos rodean, porque siempre estamos en peligro, y ¡ay de aquél que se siente seguro de sí mismo, y cree no necesitar de la ayuda de Dios, que nos viene por la oración y los sacramentos! Muy pronto será presa de Satanás.
Por eso tenemos que ser muy humildes y no subestimar al enemigo, que combate desde hace milenios, y en cambio nosotros somos unos novatos en la lucha.
Si dejamos la oración, aunque hayamos llegado a altas cimas de santidad, nos precipitaremos a lo más hondo del pecado, en este mundo; y caeremos en el infierno, en el más allá.
Hay un dicho popular que dice: “Hombre prevenido vale por dos”. Y eso es lo que debemos hacer, estar prevenidos, porque nuestra vida en la tierra es tiempo de prueba y de lucha. Si bajamos la guardia, dejando de lado la oración, muy pronto seremos juguetes del demonio.
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