Un arma formidable: El Rosario
3/02/1985 - Nº 465
Hija: Quiero que sepáis, el porqué de mi imagen con el Niño y el Rosario.
El Niño, significa pureza y nueva vida, ya que Jesús Niño es el renacer a la Vida, es la fuente salvadora de toda alma sedienta. El Rosario, os lo estoy ofreciendo como consuelo, para que, rezando el Santo Rosario, volquéis todos vuestros dolores, vuestras necesidades y súplicas. Como Madre, os escucho queridos hijos, grande es mi Amor por vosotros. Amén.
19/04/1986 - Nº 850
Veo una enorme corona de Rosarios blancos. Veo a la Santísima Virgen y me dice: Ves esta corona, porque esto es lo que deseo que hagáis, una verdadera corona de rosarios.
Oración, hija mía, oración, ¡cuántas bocas permanecen aún calladas!, sin conocer siquiera una oración que los acerque al Señor. El Santo Rosario es el arma a la cual le teme el enemigo, es también el refugio de los que buscan alivio a sus pesares y es la puerta para entrar en mi Corazón. Gloria al Señor por la Luz que da al mundo.
7/10/1986 - Nº 986
Gladys: Con el Santo Rosario se puede enfrentar cualquier peligro, ya que en él está presente Cristo y la Madre de Cristo.
Es la oración profunda, la inmediata comunicación con el Señor y con María. Es el regalo que os estoy dando para que vosotros lo aceptéis y lo conservéis mediante su rezo. Amén, amén.
29/08/1987 - Nº 1248
La bendición de un Rosario tiene mucho valor; tanto como la oración misma.
Quiero decirte que estando bendecido el Rosario con que se reza, la oración se convierte en una súplica de amor al Señor y Él a su vez, vuelca en ese hijo que ora, Su Bendición. Por eso es tan importante, tener el Rosario entre las manos mientras se reza. Alabado por siempre sea el Señor.
7/10/1988 - Nº 1531
“En este día, responded a Mi pedido: Rezad el Santo Rosario; sea ésta una amorosa respuesta a la Madre.
La oración, malogra el accionar del demonio, no permite que actúe en las almas. La oración del humilde, es súplica de amor que, renovada, llega como una ofrenda al Señor. No dejéis que esta flor, que es la oración, se marchite, regadla constantemente. Alabado sea el Altísimo. Predícalo hija mía.”
19/11/1988 - Nº 1557
Gladys, el arma que constituye mayor influencia sobre el mal, es el rezo del Santo Rosario.
Con este rezo, se ahonda en la vida espiritual, el espíritu crece en amor a Dios y lo aleja así, del pecado. Disipa las sombras del espíritu y hace que éste permanezca fiel a Dios. Agradad hijos míos, al Señor, orando, ya que de esta manera, se rechazan las tentaciones del maligno. Por siempre sea glorificado el Señor. Hazlo conocer a todos tus hermanos.
19/11/1988 - Nº 1641
Mi amada hija, es ésta la hora en que Mi intervención de Madre, es más fuerte que nunca.
Es por eso que no quiero que mis hijos estén debilitados, sino protegidos contra todo mal. Hijos míos: Rezad el Santo Rosario; la oración aclara los más oscuros caminos. No reneguéis de la oración, sólo orad. Amén, amén. Predícalo.
28/4/1989 - Nº 1648
Guardad hijos míos, en vuestra tarea diaria, un tiempo para el Señor.
Vuelvo a repetiros: Rezad el Santo Rosario, meditadlo. Dad vuestro sí, como lo dio vuestra Madre; acompañad a Jesucristo, a beber de Su Cáliz; abrid las puertas de vuestro corazón; preparad vuestro espíritu para que podáis recibir un día, la Gloriosa Venida de Mi Hijo. Estad en completa unión con la Madre y no os afectará ningún mal. Gloria al Altísimo. Predícalo.
8/7/1989 - Nº 1679
Hija, los dominios de satanás buscan extenderse, pero nada teman los hijos que se abandonan en esta Madre.
Debe crecer esa fe, ese abandono, esa seguridad en María. Lo logrará aquél que se apegue frecuentemente al Santo Rosario. Orad, el Señor escucha. Glorificado sea su Nombre. Predícalo. Leed: San Mateo C. 21, V. 22 22 Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán.
3/9/1989 - Nº 1701
Hija mía: Quiero el crecimiento espiritual de todos mis hijos.
Muchos son los que están gravemente enfermos espiritualmente porque no oran. La oración, preferentemente el rezo del Santo Rosario, hace que el alma crezca y vaya hacia Dios. No lo olvidéis, socorridos sois por Mí. Glorificado sea el Nombre de Dios. Hazlo conocer. Leed: Romanos C. 8, V. 26 26 Igualmente, el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables.
(Mensajes de María del Rosario de San Nicolás, Argentina)
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