Actualizado 12 enero 2013 ¿Por qué oponerse al matrimonio homosexual? |
La sociedad está asumiendo una posición dogmática sobre la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Dicho de otra manera, eres bien visto si abogas por las pretensiones del lobby gay alrededor del mundo, especialmente, en occidente, pero censurado, excluido y discriminado si te atreves a decir que dicha reforma en el código civil, traería consigo un problema –ya no digamos religioso- sino social, jurídico y antropológico.
Desde el punto de vista social: Se crearía un desequilibrio. Aunque se hable de sociedades maduras en las que todo es amor, respeto y paz, lo cierto es que habría problemas prácticos, sobre todo, al permitir que las parejas homosexuales adopten. Por ejemplo: ¿qué sucederá con los baños de los colegios?, ¿habrá que colocar uno para niños, otro para niñas y un tercero para los que elijan ser homosexuales?, ¿quién les ayudará ante la confusión que tendrán cuando se celebre el día de la madre o el día del padre?, ¿cómo se les protegerá del bullying?, etcétera. Son cosas que casi nadie quiere ver y que, sin embargo, se darán tarde o temprano. No faltará el que diga: “mi madre murió cuando era muy pequeño y eso nunca me provocó ningún problema en el festival de las madres”, sin embargo, el planteamiento es diferente, pues tal ausencia –aunque es traumática- no parte o surge de una confusión entre la figura paterna y materna, lo cual, como es obvio, siempre resulta una agravante en materia psicológica. Hablamos de hijos, ya que de legalizarse el matrimonio homosexual, el siguiente paso será querer adoptar, tal y como está sucediendo en muchos países, planteando una situación que olvida que la adopción no es un derecho de los padres, sino de los niños, quienes merecen una familia que los acoja y eduque.
Desde el punto de vista jurídico: El que se apruebe y promulgue una ley que imponga, por ejemplo, un cambio en el acomodo de los planetas –por tratarse de algo previamente establecido por el derecho natural- no conseguirá que suceda absolutamente nada. Lo mismo aplica para el tema que estamos reflexionando. Por más reformas que se hagan sobre el matrimonio como una institución jurídica-civil, esto no cambiará el hecho de que sólo el hombre y la mujer pueden complementarse plenamente, es decir, a partir de la unión afectiva y sexual. El derecho positivo nunca podrá desligarse completamente de lo que ya se encuentra diseñado y enraizado en la naturaleza. Se entiende la necesidad de regular el status jurídico de las uniones homosexuales, sin embargo, esto no significa que se les deba llamar matrimonio, atribuyéndoles derechos que no les corresponden por tratarse de una situación distinta a la de las parejas heterosexuales.
Desde el punto de vista antropológico: La familia es el espacio que reúne las condiciones para nacer, crecer y formarse de la mejor manera posible. Imponer dos figuras paternas o, en su caso, dos figuras maternas, traería consigo una falta de identidad que provocaría una crisis familiar, pues sería imposible distinguir los roles que juega cada quien. La sociedad es un conjunto de familias. Por lo tanto, lo que se haga en contra de ellas, repercute en la colectividad. Lo mismo sucede cuando se habla de progenitor 1 y progenitor 2, cayendo en la ambigüedad. ¿Se puede sustituir con números la función y responsabilidad del padre y de la madre? Resulta absurdo. Malinterpretando lo que significa la igualdad, estamos llegando a una confusión de fuertes connotaciones antropológicas que la ley nunca podrá coordinar o sobrellevar.
Las personas homosexuales, merecen respeto, sin embargo, una cosa es respetarlas y otra, muy diferente, es ceder y permitir que el matrimonio choque con su verdadera naturaleza. Tomemos nota y, sobre todo, démonos cuenta de las implicaciones que tales reformas traen consigo. Aparentemente, son muy modernas, progresistas, audaces, sin embargo, en el fondo, son poco estudiadas. Responden a una moda, en lugar de preocuparse por el bienestar social. Para terminar, conviene tener un tiempo y leer un artículo del Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares sobre el tema.
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sábado, 12 de enero de 2013
¿Por qué oponerse al matrimonio homosexual?
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