domingo, 17 de febrero de 2013

Siete Domingos de San José - 3º Domingo - Meditado


Siete Domingos de San José


La Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, prepara la fiesta de San José, el día 19 de marzo, dedicando al Santo Patriarca los siete domingos anteriores a esa fiesta, en recuerdo de los principales gozos y dolores de la vida de San José.

                                                    
FORMA MEDITADA:

TERCER DOMINGO
17/02/13



Su dolor: cuando vio la sangre de Jesús vertirse en la circuncisión.
Su gozo: cuando lo llamó «Jesús».


Oración
Glorioso San José,
ejecutor obediente de la Ley de Dios.
La Sangre preciosa que en la circuncisión
derramó el divino Redentor,
te traspasó el corazón;
pero el nombre de Jesús, que se le impuso,
te llenó de consuelo.
Por este dolor y gozo,
te rogamos nos alcances la gracia de vivir
luchando contra la esclavitud de los vicios,
para tener la dicha de morir con el nombre de Jesús
en los labios y en el corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

Lectura Bíblica
Lucas 2, 21
Cuando se hubieron cumplido los ocho días para circuncidar al Niño, le dieron el nombre de Jesús, impuesto por el ángel antes de ser concebido en el seno.

Consideración
“Siendo la circuncisión del hijo el primer deber religioso del padre, José con este rito ejercita su derecho-deber respecto a Jesús.
“El principio según el cual todos los ritos del Antiguo Testamento son una sombra de la realidad, explica el por qué Jesús los acepta. Como para los otros ritos también el de la circuncisión halla en Jesús el «cumplimiento». La Alianza de Dios con Abrahán, de la cual la circuncisión era signo, alcanza en Jesús su pleno efecto y su perfecta realización, siendo Jesús el «sí» de todas las antiguas promesas.
“En la circuncisión, José impone al niño el nombre de Jesús. Este nombre es el único en el que se halla la salvación; ya José «anunciación»: «Y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Al imponer el nombre, José declara su paternidad legal sobre Jesús y, al proclamar el nombre, proclama también su misión salvadora.”[6]

Para concluir, la Letanía de San José puede ser rezada, o bien la siguiente oración:

Oración
Oh Dios, que con inefable providencia,
elegiste a San José como esposo de la Madre de tu Hijo,
concédenos la gracia de tener como intercesor en el cielo
al que veneramos como protector en la tierra.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén


Letanías a San José
Señor, ten misericordia de nosotros
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Ilustre descendiente de David,  ruega por nosotros.
Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros. 
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros. 
Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros. 
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros. 
Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros. 
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros. 
José, justísimo, ruega por nosotros. 
José, castísimo, ruega por nosotros. 
José, prudentísimo, ruega por nosotros. 
José, valentísimo, ruega por nosotros. 
José, fidelísimo, ruega por nosotros. 
Espejo de paciencia, ruega por nosotros. 
Amante de la pobreza, ruega por nosotros. 
Modelo de trabajadores, ruega por nosotros. 
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros. 
Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros. 
Sostén de las familias, ruega por nosotros. 
Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros. 
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros. 
Patrón de los moribundos, ruega por nosotros. 
Terror de los demonios, ruega por nosotros. 
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros. 
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.

V.- Le estableció señor de su casa.
R.- Y jefe de toda su hacienda.

Oremos: Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén


                                                    FORMA BREVE:


TERCER DOMINGO
• El dolor: cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.
• La alegría: dada con el nombre de Jesús.

Oración. Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, os confortó y llenó de alegría.
Por este dolor y este gozo alcanzadnos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.

Padrenuestro, Ave y Gloria.



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