Encíclica "Haurietis Aquas"
SOBRE EL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
PIO XII
15 de mayo de 1956
PIO XII
15 de mayo de 1956
Don poco apreciado.
La Iglesia siempre ha tenido y tiene en tan grande estima el culto del Sacratísimo Corazón de Jesús: lo fomenta y propaga entre todos los cristianos, y lo defiende, además, enérgicamente contra las acusaciones del naturalismo y del sentimentalismo; sin embargo, es muy doloroso comprobar cómo, en lo pasado y aun en nuestros días, este nobilísimo culto no es tenido en el debido honor y estimación por algunos cristianos, y a veces ni aun por los que se dicen animados de un sincero celo por la religión católica y por su propia santificación.
(Encíclica “Haurietis Aquas”)
Comentario:
Así como los falsificadores de moneda no falsifican de ordinario sino los metales preciosos oro y plata, y nunca cobre o bronce; así también el demonio, hábil falsificador de las devociones, de ordinario no trata sino de falsificar las devociones más preciosas que son, a saber, la devoción a la Virgen y al Sagrado Corazón de Jesús.
Muchos católicos tienen en desconocimiento la devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús, porque no toman el amor tan grande que Nuestro Señor tiene a la humanidad y que está encerrado en su Sagrado Corazón.
Estos tales hablan de Jesucristo como Dios, pero lo sienten frío y gélido, sin sentimientos humanos, y lo hacen poco menos que un indiferente a los sufrimientos de la gente. E incluso tampoco creen que el Señor sigue sufriendo aún hoy por los pecados de los hombres.
Es tiempo de que los que creemos en que el Corazón de Jesús sigue sufriendo, tratemos de reparar tanta ingratitud y maldad, por medio del amor, porque no otra cosa quiere el Señor de nosotros, pues sólo nos ha creado para que Le amemos, y en ello encontraremos la felicidad en la Tierra y en el más allá.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
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