domingo, 29 de diciembre de 2013

Lectio Divina - Domingo 30 de Diciembre - Sagrada Familia

Lectio: 
 Domingo, 29 Diciembre, 2013  
La huída a Egipto y el regreso a Nazaret
Mateo 2,13-23


Oración inicial:
Oh Dios, nuestro Creador y Padre, tú has querido que tu Hijo, engendrado antes de la aurora del mundo, fuese en todo semejante a nosotros encarnándose en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo. Envía sobre nosotros tu mismo Espíritu vivificador, para que podamos ser siempre más dóciles a la acción santificadora, dejándonos transformar dócilmente por el mismo Espíritu en la imagen y semejanza de Jesucristo tu Hijo, nuestro hermano, salvador y redentor.
Lectura del Evangelio de Mateo:
Mateo 2,13-2313 Cuando ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estáte allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» 14 Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; 15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera lo dicho por el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.16 Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos.17 Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: 18 Un clamor se ha oído en Ramá,mucho llanto y lamento:es Raquel que llora a sus hijos,y no quiere consolarse, porque ya no existen.19 Muerto Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: 20 «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» 21 Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. 22 Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y, avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, 23 y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese lo dicho por los profetas: Será llamado Nazoreo.
Momento de silencio:
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Clave de lectura:
El evangelio de Mateo ha sido llamado el “Evangelio del Reino”. Mateo nos invita a reflexionar sobre la venida del reino de los cielos. En la estructura de su relato evangélico algunos han visto un drama en siete actos, que trata de la realidad de la venida de este Reino. El drama comienza con la preparación para esta venida del reino en la persona del Mesías niño y termina con la venida del Reino en el sufrimiento y en el triunfo con la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, Hijo de Dios.
El pasaje del evangelio propuesto para nuestra reflexión, forma parte por así decir del primer acto, en el cual Mateo nos presenta la persona de Jesús como el cumplimiento de las Escrituras. Mateo es el evangelista que más veces cita el Antiguo Testamento para demostrar que en Cristo se cumplen la ley y los profetas. Jesús, la realización y la perfección de las Escrituras, ha venido al mundo para restablecer el reino de los cielos, ya anunciado en la alianza de Dios con su pueblo. Con la venida de Cristo, esta alianza no se limita sólo al pueblo hebreo, sino que se extiende a todos los pueblos. Mateo dirige una comunidad de hebreos cristianos, perseguida por la sinagoga, y la invita a la apertura hacia los gentiles. Él es el escriba sabio que sabe sacar de su tesoro lo que es antiguo y lo que es nuevo. El evangelio ha sido primeramente escrito en arameo y después redactado en griego.
El pasaje Mateo 2,13-23, hace parte de la sección que trata del nacimiento y la infancia de “Jesucristo hijo de David, hijo de Abrahán” (Mt 1,1). Jesús es hijo de su pueblo, pero también es hijo de toda la humanidad. En su genealogía se encuentran influencias extranjeras (Mt 1, 3-6). Los primeros llamados a dar homenaje al recién nacido, además de María su Madre (Mt 2, 11), son los Magos. El Mesías atrae a los sabios con su luz ofreciéndoles la salvación (Mt 2,1-12). Los Magos reciben esta salvación en contraste con Herodes y la Jerusalén turbada (Mt 2,3). Desde su nacimiento, Jesús es perseguido por los jefes de su pueblo y al mismo tiempo revive las esperiencias dolorosas de su pueblo.
Ya desde su nacimiento revive la experiencia de su pueblo exiliado y humillado más de una vez. El evangelio nos demuestra esto con el relato de la huida a Egipto y la matanza de los inocentes. El drama de estos sucesos se desarrolla delante de nosotros en estos apartados:
i) El ángel que aparece en sueños a José después de la partida de los Magos, y la huída a Egipto (Mt 2,13-15).
ii) Herodes que cae en la cuenta de la burla de los Magos y mata a todos los niños de Belén (Mt 2, 16-18).
iii) La muerte de Herodes y el regreso “clandestino” de la Santa Familia, no a Belén sino a Galilea (Mt 2, 19-23)
El tema del rey que mata a los temidos adversarios es común en la historia de toda dinastía real. En la literatura bíblica además de esta escena de Herodes que busca al Niño Jesús para matarlo, encontramos en el Antiguo Testamento algunos relatos semejantes. En el primer libro de Samuel, Saúl rechazado por el Señor, tiene temor de David e intenta matarlo (1 Sam 15; 18; 19; 20). Mical y Jonatán lo ayudan a escapar (1Sam 19,20). Además, en el primer libro de los Reyes, el rey Salomón, en su vejez, infiel a Dios y a sus padres, con el corazón pervertido, cometió lo que es malo a los ojos del Señor (1 Re 11,3-13). Por eso el Señor suscita contra él un adversario (1 Re 11,14), Hadad, que durante el reino de David huye y se refugia en Egipto (1 Re 11,17). Otro adversario de Salomón es Jeroboán, que también se refugia en Egipto para escapar del rey que quiere matarlo (1 Re 11,40). Esto era el período de la degeneración del reino. En el segundo libro de los Reyes, esta vez en el contexto del asedio a Jerusalén, que sucede “en el año nono de su reinado [de Nabucodonosor], en el décimo mes, el diez del mes” (2 Re 25,1) del año 589, encontramos el saqueo de Jerusalén y la segunda deportación del pueblo en el año 587 (2 Re 25, 8-21). El pueblo “que quedaba en el país de la Judea” (2Re 25,22) se somete a Godolía puesto como gobernador por Nabucodonosor. “Ismael [...] con diez hombres [...] dieron muerte a Godolía, a los Judíos y Caldeos que estaban con él”. Luego, por temor de los Caldeos, huyeron a Egipto (2 Re 25-26). En el libro del profeta Jeremías encontramos también el relato de Uría “un hombre que profetizaba en el nombre del Señor” (Jer 26, 20). Éste huye a Egipto porque el rey Joaquín trataba de matarlo. El rey logró encontrarlo en Egipto y lo mató (Jer 25 20-24).
Con estos hechos que aclaran la huída de la Sagrada Familia a Egipto, Mateo nos hace ver a Jesús que ya desde niño participa de la suerte de su pueblo. Egipto se convierte para Jesús en refugio, como lo fue para los patriarcas:
- Abrahán que “descendió en Egipto, para vivir allí, porque la carestía pesaba sobre aquel país” (Gén 12,1)
- José amenazado por los hermanos que intentan matarlo por envidia y es después vendido a los mercaderes que lo conducen a Egipto entregándolo a Putifar (Gén 37, 12-36)
- Israel (Jacob) que sale para Egipto llamado por su hijo José (Gén 46, 1-7).
- La familia de Israel (Jacob) que entra en Egipto y allí se establece (Gén 46-50; Ex 1, 1-6)
Mateo cambia el sentido de la cita tomada de Oseas 11,1: “De Egipto llamé a mi hijo” y la interpreta como si Dios llamase a su Hijo Jesús para huir a Egipto (Mt 2,15). El sentido original de Oseas era, que el Señor llamó a su hijo Israel a huir a Egipto para formar un pueblo. La huída a Egipto de Jesús y el exterminio de los inocentes de Belén nos recuerda la opresión de Israel en el país de Egipto y el exterminio de los recién nacidos machos. (Éx 1, 8-22)
La profecía aplicada para la matanza de los inocentes está tomada del libro de la consolación compuesto por los capítulos 30 y 31 del libro del profeta Jeremías. El lamento está ligado a la promesa del Señor que consuela a Raquel esposa de Jacob (Israel) madre de José sepultada según la tradición cerca de Belén y le promete que habrá una compensación por sus penas, sus hijos que no volverán jamás (Jer 31, 15-18).
Volviendo de Egipto después de la muerte de Herodes, José decide establecerse en Galilea en una ciudad llamada Nazaret. Jesús será llamado Nazareno. Más tarde también sus discípulos serán reconocidos como Nazarenos (Act 24,5). Este apelativo además de indicar el nombre de una ciudad, puede también referirse al “retoño”, o sea, al “neçer” de Isaías 11,1. Puede también referirse al resto de Israel “naçur” (ver Is 42,6)
Preguntas para la reflexón personal:
i) ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de este relato de Mateo?
ii) ¿Què significa para ti el reino de los cielos?
iii) ¿En qué se diferencia el reino de los cielos de los reinos de este mundo?
iv) Mateo nos presenta la persona de Jesús como aquél que se identifica con la suerte de su pueblo. Lee los pasajes citados en la clave de lectura para reflexionar y orar obre los acontecimientos del pueblo de Dios, en el que Jesús se ha identificado. ¿Cuáles son las situaciones semejantes en nuestro mundo? Pregúntate que puedes hacer tú para mejorar el ambiente en el que vives y trabajas...sobre todo si no concuerdan con el reino de los cielos.

Oración personal en silencio.
Termina la lectio divina con esta oración:
Padre misericordioso, concédenos seguir los ejemplos de la Sagrada Familia de Jesús, José y María, para que estemos siempre seguros en las pruebas de esta vida hasta el día en que nos reunamos en la gloria del cielo. Por Cristo nuestro Señor.
CONTEMPLATIO
La paz de Cristo reine en vuestros corazones. (Col 3,15)

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