martes, 3 de abril de 2012

Novena a la Divina Misericordia - Comienza el Viernes Santo


Inicio de la Novena:
El Viernes Santo
                            NOVENA Y CORONILLA DE LA 
                                                      DIVINA MISERICORDIA

                                                                                                                 



                            LA DIVINA MISERICORDIA EN MI  ALMA                                                                
                       Jesús, yo confío en Ti

Del Diario de Sor María Faustina Kowalska, a quien en el siglo XX se apareció Jesucristo.

Jesús ha dicho: “Prometo al alma que venere esta imagen no perecerá. Prometo también ya en esta tierra, pero en particular en la hora de la muerte, la victoria sobre los enemigos. Yo mismo la defenderé como a mi propia Gloria. Ofrezco a los hombres el recipiente con el cual deben venir a la fuente de la Misericordia. El recipiente es esta imagen con la inscripción “Jesús, yo confío en Ti”

“Mediante esta imagen ofrezco muchas Gracias para las almas. Por eso toda alma tenga acceso a ella. Los dos rayos representan la Sangre y el Agua. El rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo representa la Sangre que es la vida de las almas... Ambos rayos salieron de lo íntimo de mi Misericordia, cuando en la Cruz mi Corazón, ya en agonía, fue desgarrado con la lanza. Estos rayos defienden a las almas del enojo de mi Padre. Dichoso el que viva a su sombra porque no lo golpeará la justa mano de Dios. Deseo que el primer domingo después de Pascua sea la Fiesta de la Misericordia. Pide a mis siervos fieles que aquel día hable al mundo entero de esta mi grande Misericordia que, en ese día, quien se acerque a la fuente de la vida conseguirá la remisión total de las culpas y de las penas. La humanidad no encontrará paz, mientras no se vuelva con confianza a mi Misericordia.” Antes de la Ascensión, el Señor dijo: “Estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

Jesús dijo también: “Oh, cuánto me hiere la desconfianza de un alma. Esa alma reconoce que soy Santo y Justo, y no cree que soy Misericordioso, no tiene confianza en mi Bondad. También los demonios admiran mi Justicia, pero no creen en mi Bondad. Mi corazón goza con el título de Misericordia. Anuncien a todos que la Misericordia es el más grande atributo de Dios. Todas las obras de mis manos están coronadas por la Misericordia”. “Amo a Polonia de manera particular y, si obedece a mi Querer, la exaltaré en poder y santidad. De ella saldrá la centella que preparará al mundo a mi última venida.”

“Quien es Dios en su Esencia nadie podrá desentrañarlo, ni la mente angélica ni humana. Trata de conocer a Dios a través de la meditación de sus atributos”.

“Anuncien mi gran Misericordia para las almas de los pecadores. El pecador no debe tener miedo de acercarse a Mí. Mi corazón está colmado de gran Misericordia por las almas y sobre todo por los pobres pecadores. Oh si pudieran comprender que Yo soy para ellos el mejor de los padres, que para ellos ha brotado de mi Corazón Sangre y Agua, como de un manantial desbordante de Misericordia; que para ellos vivo como hostia en el Tabernáculo y como Rey de Misericordia deseo colmar a las almas de Gracias, perro no quieren aceptarlas. Ven tú por lo menos lo más seguido posible a tomar las Gracias, que ellos no quieren aceptar y con esto consolarás mi Corazón.”

Dios ha prometido una gran Gracia especialmente a ti y a todos “aquellos que proclamarán mi gran Misericordia. Yo mismo los defenderé en la hora de la muerte, como mi Gloria aunque los pecados de las almas fuesen negros como la noche, cuando un pecador se dirige a mi Misericordia, me rinde la gloria más grande y es un honor para mi Pasión. Cuando un alma exalta mi Bondad, entonces satanás tiembla y huye a lo más profundo del infierno... Las almas que difunden el culto de mi Misericordia, las protejo a lo largo de su vida como una madre cariñosa (protege) a su niño, todavía lactante y a la hora de la muerte no seré para ellos su Juez sino su Salvador misericordioso. En esta última hora el alma no tiene nada en su defensa, aparte de mi Misericordia. Feliz el alma que durante la vida se ha sumergido en la fuente de la Misericordia, ya que la Justicia no la alcanzará”

Todo acercamiento a Dios nos viene concedido por Jesús, en El y por El. “Mi Misericordia ha llegado a las almas a través del Corazón divino y humano de Jesús, como un rayo de sol a través de un cristal”

“Las Gracias que te concedo no son solamente para ti, sino también para un gran número de almas... Y en  tu corazón está mi estable morada; a pesar de la miseria que eres, me uno a ti, te quito tu miseria y te doy mi Misericordia. En cada alma cumplo la obra de la Misericordia y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a mi Misericordia. Quien confía en mi Misericordia no perecerá porque todos sus asuntos son míos y los enemigos se estrellarán a los pies de mi escabel...”

“Oh, qué enorme caudal de Gracias derramaré sobre las almas que recen esta coronilla: las entrañas de mi Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la coronilla. Anota estas palabras, hija mía, habla al mundo de mi Misericordia. Que toda la humanidad conozca mi insondable Misericordia. Es la señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la Justicia. Cuando todavía queda tiempo, que recurran al manantial de mi misericordia; que aprovechen de la Sangre y el Agua que brotó para ellos.”

“Haz todo lo que está a tu alcance en la obra de la Misericordia. Deseo que a mi Misericordia se rinda culto. Doy a la humanidad la última tabla de salvación, es decir el refugio en mi Misericordia. Mi corazón goza por esta Fiesta... Me procuran una gran alegría las almas que recurren a mi Misericordia. A estas almas les concedo Gracias por encima de sus deseos. No puedo castigar, aun al pecador más grande, si él recurre a mi compasión, sino que lo justifico en (nombre de) mi insondable e impenetrable Misericordia. Antes de que Yo venga como Juez justo, abro de par en par las puertas de mi Misericordia. Quien no quiere pasar a través de la puerta de la Misericordia, deberá pasar a través de la puerta de mi Justicia... Para castigar tengo toda la eternidad y ahora prolongo a los hombres el tiempo de la Misericordia... ¿Crees acaso que has escrito suficiente acerca de mi Misericordia? Lo que has escrito es apenas una gotita frente a un océano. Yo soy el Amor y la Misericordia misma, no existe miseria que pueda medirse con mi Misericordia. No la agota la miseria, ya que del momento que se da, aumenta. El alma que confía en mi Misericordia es la más feliz, porque Yo mismo tengo cuidado de ella.”

ACERCA DE LA CONFESIÓN

“Dile a las almas dónde deben buscar consuelo: en el Tribunal de mi Misericordia. Allí tienen lugar los más sorprendentes milagros que se repiten incesantemente. Para obtener este milagro no es necesario hacer peregrinaciones en tierras lejanas, ni celebrar ritos solemnes exteriores, basta sino llegarse con Fe a los pies de mi representante (el sacerdote) y confesarle la propia miseria y el milagro de la Divina Misericordia se manifestará en toda su plenitud. Aun si un alma estuviese en descomposición como un cadáver y humanamente sin ninguna posibilidad de resurrección y todo estuviera perdido, no sería así para Dios: un milagro de la Divina Misericordia resucitará esta alma en toda su plenitud. ¡Infelices los que no aprovechan, de este milagro de la Misericordia Divina! ¡Lo invocarán en vano cuando sea demasiado tarde!”


LA NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA
Jesús, Yo confío en Ti

Novena a la Divina Misericordia que Jesús ha ordenado a Sor María Faustina Kowalska escribir y hacer antes de la fiesta de la Misericordia. Comienza el Viernes Santo.

“Deseo que durante estos nueve días tú traigas las almas a la fuente de mi Misericordia, para que saquen fuerza, alivio y toda Gracia, que necesiten en las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón un grupo distinto de almas y las sumergirás en el mar de mi Misericordia. Y Yo a todas estas almas las introduciré a la casa de mi Padre... Cada día pedirás a mi Padre las Gracias para estas almas por mi dolorosa Pasión”

“Deseo conceder la remisión total a las almas que se acerquen a la confesión y a la Santa Comunión en el día de la fiesta de mi Misericordia (el primer domingo después del domingo de Resurrección). No temáis nada, Yo siempre estoy contigo, aunque parezca que no esté”

                                                              CORONILLA

Dios ha dicho: “Esta plegaria sirve para aplacar mi Ira. La rezarás por nueve días con un rosario común, del modo siguiente: primero dirás un Padre Nuestro, un Ave María y Credo. Después en las cuentas del rosario correspondiente al Padrenuestro dirás:
“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad, de tu Amadísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y de los del mundo entero.”

En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras:

"Por su Dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero."


Para terminar la “Coronilla”, dirás tres veces:

“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero".

"Reza incesantemente este rosario que te he enseñado. Todo aquel que lo rece se hará acreedor a la Misericordia a la hora de la muerte. Mi Misericordia envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte, a las almas que recen esta coronilla... Cuando será rezada esta coronilla al lado de los agonizantes, se obtiene el perdón para el agonizante, se aplaca la ira de Dios y la inescrutable Misericordia envuelve al alma. Jesús se pondrá entre el alma agonizante y el Padre no como Justo Juez, sino como Salvador misericordioso.”

Jesús dijo: “Con la coronilla obtendrás todo lo que pides si es conforme a mi Voluntad”
El Amor de Dios es la flor y la Misericordia es el fruto.
Que el alma que duda, lea estas consideraciones sobre la Divina Misericordia y se haga confiada.

                                                                         LETANÍAS

Misericordia Divina, que brota del seno del Padre, en Ti confío
Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti confío
Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti confío
Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío
Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico, en Ti confío
Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad, en Ti confío
Misericordia Divina, más sublime que los cielos, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas, en Ti confío.
Misericordia Divina, que abarca todo el universo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado, en Ti…
Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús, en Ti…
Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores, en Ti…
Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia, en Ti…
Misericordia Divina, en la institución de la Santa Iglesia, en Ti confío.
Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo, en Ti confío.
Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la muerte, en Ti...
Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los Santos, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite, en Ti confío.
Misericordia Divina, que de la nada nos llamó  a la existencia. En Ti confío.
Misericordia Divina, que abarca todas las obras Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados, en Ti confío.
Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas, en Ti confío.
Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor, en Ti confío.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas, en Ti confío.
Misericordia Divina, que infunde esperanza, perdida ya toda esperanza, en Ti confío.

Oh, Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia mismos.

PRIMER DÍA

“Hoy tráeme toda la humanidad y especialmente todos los pecadores y sumérgelos en el mar de mi Misericordia. Y con esto me aliviarás de la amarga tristeza (en) que me deja la pérdida de las almas”
Jesús misericordiosísimo, cuya prerrogativa es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que tenemos en tu infinita Bondad y acógenos en la morada de tu piadosísimo Corazón y no nos dejes salir de El por la eternidad. Te lo suplicamos por el Amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.

Oh Omnipotencia de la Divina Misericordia,
Refugio para el hombre pecador,
Tú (que) eres la Misericordia y un mar de compasión, ayudas a quien te invoca en humildad

Eterno Padre, mira con ojos de Misericordia espacialmente a los pobres pecadores y toda la humanidad, que está encerrada en el piadosísimo Corazón de Jesús, y por su dolorosa Pasión, muéstranos tu Misericordia, para que por todos los siglos podamos exaltar la Omnipotencia de tu Misericordia. Amén.

 Rezar la “Coronilla” y las letanías

                                                                  SEGUNDO DÍA

“Hoy tráeme las almas de los Sacerdotes y las almas de los religiosos, y sumérgelos en mi insondable Misericordia. Ellos me han dado la fuerza de superar la amarga Pasión. Por medio de ellos, como por medio de canales, mi Misericordia fluye hacia la humanidad”

Misericordiosísimo Jesús, de quien procede todo bien, aumenta en nosotros la Gracia, para que cumplamos dignas obras de Misericordia, de manera que cuantos nos observan alaben al Padre de Misericordia que está en los cielos.

La fuente del Amor de dios,
Vive en los corazones limpios
Purificados en el mar de la Misericordia,
Luminosos como las estrellas, claros como la aurora.

Eterno Padre, mira con los ojos de tu Misericordia la legión elegida para tu viña, las almas de los Sacerdotes y las almas de los religiosos, y dónales el poder de tu bendición, y por los afectos del Corazón del Hijo tuyo, el Corazón de donde ellos están encerrados, concédeles el poder de tu Luz, para que puedan guiar a los otros en el camino de la salvación, de manera de poder cantar todos juntos por toda la eternidad las alabanzas de tu Misericordia infinita. Amén

                                                             Rezar la “Coronilla” y las Letanías

TERCER DÍA  

“Hoy tráeme todas las almas devotas fieles, y sumérgelas en el mar de mi Misericordia. Estas almas me han confortado a lo lardo del camino del Calvario, han sido una gota de alivio en un mar de amargura”

Oh, Jesús misericordiosísimo, que donas generosamente a todos, en gran abundancia, tus Gracias desde el tesoro de tu Misericordia, acógenos en el seno de tu piadosísimo Corazón y no nos dejes salir de El por toda la eternidad.
Te lo suplicamos por el inefable Amor, del cual tu Corazón arde por el Padre Celestial.

Son inescrutables las maravillas de tu Misericordia,
No alcanza a sondearlas el pecador, ni el justo.
A todos vuelves miradas de compasión,
Y atraes a todos a tu Amor.
Eterno Padre, mira con ojos de Misericordia a las almas fieles, como herencia de tu Hijo, y por su Pasión dolorosa concédeles tu bendición y acompáñalas con tu protección incesante, para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa Fe, sino con toda la legión de ángeles y de los Santos glorifiquen tu ilimitada Misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Rezar la Coronilla y las Letanías.

 CUARTO DÍA

“Hoy tráeme a los paganos, a los que no creen en mi, y a aquellos que no me conocen todavía. También en ellos he pensado en mi amarga Pasión, y su futuro celo me ha aliviado mi Corazón. Sumérgelos en el mar de mi Misericordia.”

Oh piadosísimo Jesús, que eres la Luz del mundo entero, acoge en el seno de tu piadosísimo Corazón a las almas de los paganos, que no te conocen todavía. Los rayos de tu Gracia los ilumine, para que también ellos, junto a nosotros, glorifiquen los prodigios de tu Misericordia y no los dejes salir del seno de tu piadosísimo Corazón.
La luz de tu Amor, ilumine las tinieblas de las almas; haz que estas almas te conozcan
Y glorifiquen con nosotros tu Misericordia.

Eterno Padre, mira con ojos de Misericordia a las almas de los paganos y de aquellos que no te conocen todavía, y que están encerrados en el piadosísimo Corazón de Jesús. Atráelos a la Luz del Evangelio. Estas almas no saben cuán gran felicidad es la de amarte. Haz que ellos también glorifiquen la generosidad de tu Misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
  
Rezar la Coronilla y las Letanías.

QUINTO DÍA

 “Hoy tráeme las almas de los herejes y de los cismáticos, los hermanos separados  y sumérgelas en el mar de mi Misericordia. En mi amarga Pasión me han desgarrado el Cuerpo y el Corazón, o sea mi Iglesia. Cuando vuelvan a la unidad de la Iglesia, se cicatrizarán mis heridas y de esta manera aliviarán mi Pasión”

También por aquellos que rasgaron la vestimenta de tu unidad, brota de tu Corazón una fuente de piedad.

La Omnipotencia de tu Misericordia, Oh Dios, puede sacar del error también a estas almas.
Misericordiosísimo Jesús, que eres la Bondad misma, Tú no rehúsas la Luz a los que te la piden; recibe en el seno de tu piadosísimo Corazón a las almas de los herejes y a las almas de los cismáticos y atráelos con tu Luz a la unidad de la Iglesia y no los dejes partir del seno de tu piadosísimo Corazón, sino haz que ellos también glorifiquen la generosidad de tu Misericordia.

Eterno Padre, mira con los ojos de tu Misericordia a las almas de los herejes y de los cismáticos, que han disipado tus bienes y han abusado de tus Gracias persistiendo obstinadamente en sus errores. No mires a sus errores, sino al Amor del Hijo tuyo y a su amarga Pasión (que) tomó sobre sí, ya que también ellos están encerrados en el piadosísimo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen tu gran Misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Rezar la Coronilla y las Letanías.

SEXTO DÍA

“Hoy tráeme las almas bondadosas y humildes, y las almas de los niños, y sumérgelas en mi Misericordia. Estas son las almas más semejantes a mi Corazón. Ellas me han sostenido en la amarga pena de la agonía. Los he visto como los ángeles de la tierra, que habrían velado al lado de mis altares. Sobre ellos derramo mis Gracias en gran abundancia. Solamente un alma humilde es capaz de recibir mi Gracia; a las almas humildes concedo mi plena confianza”

Misericordiosísimo Jesús, que has dicho: “Aprended de Mi que soy mando y humilde de corazón”, recibe en el seno de tu piadosísimo Corazón a las almas mansas y humildes, y a las almas de los niños. Estas almas atraen la admiración de todo el Paraíso, y constituyen la particular complacencia del Padre Celestial; son un manojo de flores delante del Trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen permanente morada en el piadosísimo Corazón de Jesús y cantan sin cesar el himno del Amor y de la Misericordia por la eternidad.

Verdaderamente el alma humilde y mansa,
ya  desde aquí en la tierra, respira del Paraíso y del perfume de su humilde corazón, se deleita el mismo Creador.

Eterno Padre, mira con ojos de Misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños, que están encerradas en el seno del piadosísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo; su perfume se eleva de la tierra y alcanza tu Trono. Padre de Misericordia y de toda Bondad, te suplico por el amor y la complacencia que tienes por estas almas, bendice al mundo entero, de manera que todas las almas canten juntas las alabanzas de tu Misericordia por toda la eternidad. Amén.
Rezar la Coronilla y la Letanía.

                                                          Rezar la Coronilla y las Letanías.
                             
                                                                         SÉPTIMO DÍA

“Hoy tráeme las almas que veneran de modo particular y exaltan mi Misericordia y sumérgelas en mi Misericordia. Estas almas han sufrido mayormente por mi Pasión y han penetrado más profundamente en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón piadoso. Estas almas resplandecerán de una particular luminosidad en la vida futura. Ninguna terminará en el fuego del Infierno, defenderé en modo particular cada una de ellas en la hora de la muerte”

Misericordiosísimo Jesús, cuyo Corazón es el Amor mismo, acoge en el seno de tu piadosísimo Corazón a las almas que en particular modo: veneran y exaltan la grandiosidad de tu Misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo, en medio de todo tipo de tribulaciones y contrariedades, avanzan confiadas en tu Misericordia. Estas almas están unidas a Jesús y sostienen sobre sus espaldas toda la humanidad. Ellas no serán juzgadas severamente, sino que tu Misericordia las envolverá en la hora de la muerte.
  
El alma que exalta la Bondad de su Señor,
Es  por El particularmente amada,
Está siempre al lado de la fuente viva,
Y saca la Gracia de la Divina Misericordia.

Eterno Padre, mira con ojos de Misericordia aquellas almas que exaltan y veneran tu más grande atributo, es decir, tu insondable Misericordia y que están encerradas en el misericordiosísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de Misericordia y su alma está llena de gozo y canta al Altísimo el himno de la Misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales tu Misericordia, según la esperanza y la confianza que han puesto en ti; se cumpla en ellos la promesa de Jesús que les ha dicho: “Las almas que honrarán mi insondable Misericordia, Yo mismo las defenderé como gloria mía (tanto) en la vida, como especialmente en la hora de la muerte”

Rezar la Coronilla y las Letanías.

OCTAVO DÍA

 “Hoy tráeme las almas que están en la cárcel del Purgatorio, y sumérgelas en el abismo de mi Misericordia. Los torrentes de mi Sangre reduzcan su gran miseria. Todas estas almas son muy amadas por Mi; (ahora) están dando satisfacción a mi Justicia; está en tu poder llevarles alivio. Toma del tesoro de mi Iglesia todas las indulgencias y ofrécelas por ellas... Oh, si conocieras sus tormentos, ofrecerías continuamente por ellas la limosna del espíritu y pagarías las deudas que ellas tienen con mi Justicia”

Misericordiosísimo Jesús que dijiste: “Misericordia quiero”, he aquí que yo llevo al cobijo de tu piadosísimo Corazón a las almas del Purgatorio, almas que te son muy queridas y que deben satisfacer todavía tu Justicia. Los torrentes de la Sangre y del Agua que han brotado de tu Corazón, apaguen el fuego del Purgatorio, de manera que también allí sea glorificado el poder de tu Misericordia.

Del tremendo ardor del fuego del Purgatorio
Se levanta un lamento a tu Misericordia,
Y reciben consuelo, alivio y refrigerio
En el torrente desbordado
Por la Sangre y por el Agua.

Eterno Padre, mira con ojos de Misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio, y están encerradas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de tu Hijo Jesús y por toda la amargura de que fue inundada su santísima alma, muestra tu Misericordia a las almas que están bajo la mirada de tu amadísimo Hijo Jesús, ya que nosotros creemos que tu Bondad y tu Misericordia son sin límites
  
Rezar la Coronilla y las Letanías.

 NOVENO DÍA

“Hoy tráeme las almas tibias, y sumérgelas en el abismo de mi Misericordia. Estas almas hieren mi Corazón de la manera más dolorosa. Mi alma en el Huerto de los Olivos ha sentido la repugnancia más grande por un alma tibia. Han sido ellas la causa por la cual he dicho: Padre, aleja de mí este Cáliz, si es esta tu Voluntad. Para ellas recurrir a mi Misericordia constituye la última tabla de salvación”
Piadosísimo Jesús que eres la Bondad misma, introduzco en el seno de tu piadosísimo Corazón las almas tibias. Pueden calentarse en tu puro Amor estas almas de hielo, que se parecen a cadáveres y suscitan en Ti tanta repugnancia. Oh Jesús piadosísimo, usa la Omnipotencia de tu Misericordia y atráelas en el ardor mismo de tu Amor y concédeles el Amor santo, ya que puedes todo.
El fuego y el hielo no pueden estar juntos,
Ya que, o se apaga el fuego o se derrite el hielo.
Pero tu Misericordia, Oh Dios, puede socorrer miserias todavía mayores.
Eterno Padre, mira con ojos de Misericordia a las almas tibias, que están encerradas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la Misericordia, te suplico por la amargura de la Pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la Cruz, permite que también ellas alaben el abismo de tu Misericordia...

Rezar la Coronilla y las Letanías.



"JESÚS EN TI CONFÍO"









.




No hay comentarios:

Publicar un comentario