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Sacramento de Amor
Solemnidad del Corpus Chisti 5 de junio de 1994
Querido padre Tomás:
Hace
dos año cuando regresaba de una peregrinación por Europa, en el avión que venía pasaron una película,
cuyo nombre no recuerdo, y antes de que terminara me quedé dormido. Pero una escena en especial me llamó la
atención.
Robert
De Niro volvía de la prisión a su antiguo barrio después de una condena de diez años. Allí visita a
un amigo del colegio
que para ese entonces ya era propietario de un restaurante de categoría. Mientras dialogaban, le
pregunta por su
hermana. Durante todo el tiempo que había estado en la prisión, De Niro había
pensado en la hermana de su amigo y se preguntaba cuánto
tiempo le habría tomado a ella encontrar a
otro hombre y olvidarse de él. Cuando jóvenes, habían disfrutado de la
mutua compañía y les encantaba bailar juntos. Su
canción favorita era "Amapola".
Pero ahora las cosas habían cambiado. Él había estado lejos por mucho tiempo, era un marginado social por ser
exconvicto y no tenía dinero en el
bolsillo. Se sentía avergonzado porque
estaba totalmente deshonrado, era un inadaptado que no tenía nada para ofrecer. Pensaba que
seguramente ella va no estaba
interesada en él y probablemente que hasta se habría casado.
Su
amigo le dijo a De Niro que su hermana no se había casado y que a propósito esa noche estaba en el
restaurante. Diciendo eso
le señala a donde su hermana se encontraba. Robert de Niro quedó cautivado al verla ahora convertida en
la mujer más bella que jamás había
visto en su vida.
El hermano le hace una señal a la orquesta mientras
Robert De Niro y su hermana se vuelven a encontrar. Ellos empiezan a bailar su vieja canción favorita
"Amapola".
Nervioso y asustado porque se siente muy inferior, al fin
se atreve a
preguntarle. "Por favor dime, ¿pensaste en mí en algún momento durante el tiempo que estuve
ausente?"
Ella le respondió: "No ha habido un solo momento en
que no haya
pensado en ti mientras estuviste ausente".
Ella esperó y cada día fue mayor su anhelo. ¿Por qué
escribo esto en la fiesta del Corpus Christi, Tomás? Es por lo que el Santo Padre nos dice sobre Jesús en
el Santísimo Sacramento: "Jesús los espera con los brazos abiertos en este
Sacramento de Su Amor" (Dominicae Cenae).
En otras palabras, Jesús está allí esperándote en el
Santísimo Sacramento. Si no le importáramos, no estaría ahí en el Sagrario. Es corno dice la vieja canción:
"Si no me importara... más de lo que las palabras pudieran decir... Si no me
importara... ¿me sentiría de esta forma?... ¿No es esto amor?... porque, si no
me importara... ¿acaso sería lo mismo?... ¿comenzaría y terminaría cada oración con tu nombre solo?...
te aseguro que este amor no tiene comparación... todo esto es verdad porque me
intereso por ti..."
El propósito de la fiesta de hoy es recordarnos cuánto se
interesa Jesús por
nosotros en el Santísimo Sacramento. En el siglo XIII nuestro Señor se le
apareció a santa Juliana y le mostró la luna con un pequeño punto negro. El Señor le explicó
que la luna
representaba el calendario litúrgico y el punto negro representaba el día de fiesta que
hacía falta y que quería que se instituyese.
Jesús le dijo que a medida que la Iglesia fuera progresando en el tiempo, la fe en su Presencia
Real iba a ir declinando. Esto concuerda con la pregunta que Él hace en el evangelio,
que si al volver encontrará fe sobre la tierra. Por esta razón el Señor le dijo
que era necesario tener una fiesta especial que recordara a todo el mundo de su Presencia Real
en el Santísimo Sacramento. Santa Juliana le contestó que ya el Jueves Santo estaba
dedicado a la Eucaristía. Jesús
le respondió que en el Jueves Santo también se celebra la instauración del sacerdocio. Él
quería un día de fiesta exclusivamente para honrar Su Presencia Real en el Santísimo Sacramento. Y así fue
como se estableció la fiesta del Corpus Christi.
En agosto de 1980, un huracán azotó
la ciudad Corpus Christi en Texas. Nosotros le llamamos tifón. Ellos lo llaman
huracán. Este fenómeno se originó en el Caribe entre dos islas, la de San Vicente y la de Santa Lucía.
Poco tiempo después del huracán, un valiente y dedicado obispo fue nombrado para la diócesis
de Corpus Christi. Su nombre es monseñor René Gracida. Él escribió lo siguiente para la revista
Inmaculada: "En ocasión de la visita Ad Limina hace algunos arios, nuestro Santo Padre
el Papa Juan Pablo II, me dijo que debería sentirme muy afortunado por ser obispo
de la única
diócesis en el mundo que lleva el nombre de Corpus Christi, el Cuerpo de Cristo.
Le respondí como lo he dicho en muchas otras ocasiones,
que de verdad
me siento muy privilegiado".
El obispo Gracida fue el primer obispo de los Estados Unidos que invitó a los Misioneros del
Santísimo Sacramento a su diócesis. Como resultado de esta invitación muchas
parroquias en su diócesis tienen ahora adoración perpetua.
Dicha invitación se debió a una carta que Kirk y Katie
Pfeffer le escribieron a Rex Moses. Rex estaba trabajando en la diócesis en la operación rescate tras el
huracán. Kirk y Katie le escribieron a Rex sobre la adoración perpetua.
Rex le mostró la carta a monseñor Gracida, y así fue como
el obispo invitó al
padre Martín Lucia y a los Misioneros del Santísimo Sacramento.
De Corpus Christi, Texas, los Misioneros fueron invitados
por otros cuatro
obispos al estado de Lousiana. De Louisiana a Alabama, a Tennessee y luego a
Arkansas.
Gracias a la dedicación y al esfuerzo de laicos como Mary
Ann Beckste y Pat
Forton, los misioneros han sido invitados a diferentes diócesis desde Georgia a
Michigan.
Cuando pienso en el nombre huracán, viene a mi mente las bodas de Caná. "Apresurar la
boda" (se da un juego de palabras en inglés: "hurry" apresurar y
"cane" Cana = "hurricane" huracán). La adoración perpetua
causará el apresuramiento de la boda entre Dios y Su pueblo.
Fraternalmente tuyo, en Su Amor Eucarístico,
Mons. Pepe
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