Apostolado mariano
Invitar a la consagración.
El mejor apostolado mariano que podemos hacer es el de invitar a todos los hombres a que se consagren a María, pues Ella hace grandes promesas a quienes se consagren a su Corazón Inmaculado.
Una oración muy sencilla para consagrarnos a la Virgen es la enseñada por Ella misma en San Nicolás, Argentina, y que es la siguiente:
¡Oh Madre quiero consagrarme a ti!
Virgen María, hoy consagro mi vida a ti;
siento necesidad constante de tu presencia en mi vida.
para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en ti mi alma encontrará reposo
y la angustia en mí no entrará,
mi derrota se convertirá en victoria,
mi fatiga en ti fortaleza es. Amén.
Digamos a los hombres que elijan un día de fiesta mariana, y reciten este acto de consagración ante una Imagen de Nuestra Señora, para comenzar a pertenecer completamente a Ella, y ser salvados así de las fauces del Maligno, pues quien se consagra a María no puede ser dañado en lo más mínimo por el Mal. Veamos lo que al respecto dice la misma Virgen:
7-9-84 275
A todos mis hijos que se Consagren a vuestra Madre, os digo: Mi corazón recibe gozoso esa entrega, ese amor que ofrecéis porque son almas que se salvan de las garras del mal mereciendo la Gloria Eterna, la Gloria del Señor. Amén. Amén.
Dadlo a conocer.
Que esto sea meditado, quiera Dios iluminar vuestros espíritus para que lleguen a comprender el valor de la Consagración.
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