19 DE MARZO DÍA DE SAN JOSÉ
San José, el más grande de los
santos
San José es el mayor de los santos
después de María. Esta doctrina está hoy generalmente aceptada. León XIII, en
la Encíclica Quamquam plures, escrita para declarar a San José patrono de la
Iglesia universal, dice: "Como San José estuvo unido a la Santísima Virgen
por el vínculo conyugal, no cabe la menor duda que se aproxima más que persona
alguna a la dignidad sobreeminente por la que la Madre de Dios sobrepasa de tal
manera a las naturalezas creadas ... ; si, pues, Dios le dio por esposo a José,
ciertamente no sólo se lo dio como ayuda en la vida, sino que también le hizo
participar, por el vínculo matrimonial, en la eminente dignidad que Esta había
recibido".
Juan XXIII, en el año 1962, enseña:
«San José, ilustre descendiente de David, luz de los Patriarcas, esposo de la
Madre de Dios, guardián de su virginidad, padre nutricio del Hijo de Dios,
vigilante defensor de Cristo, Jefe de la Sagrada Familia; fue justísimo,
castísimo, prudentísimo, fortísimo, muy obediente, fidelísimo, espejo de
paciencia, amante de la pobreza, modelo de obreros, honor de la vida doméstica,
guardián de las vírgenes, sostén de las familias, consolación de los
desgraciados, esperanza de los enfermos, patrono de los moribundos, terror de
los demonios, protector de la Iglesia Santa. Nadie es tan grande después de la
Virgen María".
La razón de esta preeminencia está
en la plenitud de gracia recibida por San José, proporcionada a su misión de
padre nutricio de Jesús, puesto que fue directa e inmediatamente elegido por el
mismo Dios para esta misión única en el mundo. La misión de San José, en
efecto, supera el orden mismo de la gracia y linda con el orden hipostático
constituido por el misterio mismo de la Encarnación.
"La Iglesia entera reconoce en
San José a su protector y patrono. A lo largo de los siglos se ha hablado de
él, subrayando diversos aspectos de su vida, continuamente fiel a la misión que
Dios le había confiado. Por eso, desde hace muchos años, me gusta invocarle con
el título entrañable: Nuestro Padre y Señor». Las virtudes de San José
señaladas por Juan XXIII son un espléndido modelo propuesto para nuestra
imitación. "Nuestro Padre y Señor San José es Maestro de la vida
interior.-Ponte bajo su patrocinio y sentirás la eficacia de su poder".
Nueve oraciones breves
1. Para pedir la virtud de la
humildad
Señor, Padre bueno, tú que a los
que eliges das un corazón humilde para hacer tu voluntad, te pedimos que San
José, nuestro amigo, nos ayude a abrir nuestro corazón para que nos inunde tu
amor que elimina toda soberbia y prepotencia, para poder así cumplir mejor tu
voluntad.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
2. Por los novios y los que están
por casarse
Oh Dios, que por tu gran amor hacia
nosotros nos has dado a tu Hijo Jesucristo, para que muriendo y resucitando nos
diera vida nueva, te pedimos, por medio de San José, que cuides y protejas a
todos los que están de novios y a los que están por casarse. A nosotros, danos
un corazón enamorado que busque entregarse a tí cada día con más intensidad.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
3. Por las familias
Oh Dios, que quisistes revelarnos
en San José de qué manera debemos estar unidos a Jesús, tu Hijo y a María,
nuestra Madre, te pedimos, por intercesión de esta Sagrada Familia, que
elimines de nosotros toda semilla de duda y de falta de confianza; que en el
seno de nuestras familias aumente la búsqueda de unidad; que acerques a los que
están alejados, que reúnas a los que han partido de esta vida a tu casa
celestial donde, un día, deseamos encontrarnos todos como familia alrededor de
la mesa de tu Reino. Tú que vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén.
4. Para decir "sí" a Dios
Padre bueno, que en la Palabra de
tu evangelio nos mostraste cómo elegiste a San José para ser el padre adoptivo
de tu Hijo y el esposo de María, te pedimos un corazón de esposos que pueda,
sostenido por tu amor y tu palabra, decirte "sí" cada día: en el
trabajo, en nuestro estudio, en nuestro hogar y así podamos caminar seguros a
tu encuentro, con tu Hijo Jesús, con San José, con María y todos los santos.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
5. Para obtener la virtud de la
esperanza
Señor, Padre bueno, escucha la
oración que te dirigimos, a través de nuestro amigo San José, que supo caminar
con un corazón lleno de esperanza, para que su ejemplo nos anime también a
nosotros a ser peregrinos de Dios, con la misma esperanza que lo animó a él.
Así, ante cualquier duda o temor, recurriremos a tu amor que no abandona nunca
al débil ni al que te invoca de todo corazón. Te lo pedimos por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
6. Por los padres
Dios, Padre de todos los hombres,
que en tu bondad elegistes a San José como padre adoptivo de tu Hijo, aquí en
la tierra, por su intercesión escucha los ruegos que te elevan nuestros
corazones que recibieron el regalo de ser padres. Que te seamos siempre gratos.
Escucha especialmente a los que tienen dificultades para ser padres dignos,
para que se conviertan; los que no logran generar la vida, que no se
desalienten; a los padres separados, para que se reconcilien. No olvides a
aquellos padres (a mi/s padre/s) que ya viven en tu Reino, para que un día
todos juntos, guiados por tu Espíritu de Amor, podamos cantar las alabanzas de
los Hijos de Dios en tu casa del Cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
7. Por los trabajadores
Señor, Creador de todas las cosas,
que confiastes al hombre tu creación para que la trabajara y la hiciera
fructificar, te pedimos por medio de San José, que gustó el valor del trabajo
humano, por todos los trabajadores del mundo para que valoricen y amen su
trabajo. Te pedimos también por los desocupados, para que no les falte tu
aliento; por los jubilados que dieron gran parte de sus vidas trabajando, para
que reciban la justa recompensa; por todos nosotros, para que llenos de tu
amor, continuemos trabajando en la construcción de tu Reino. Te lo pedimos por
Cristo, nuestro Señor. Amén.
8. Para obtener un corazón de pobre
Señor Jesús,que movido por tu gran
amor, no quisistes dejarnos solos, sino que te hicistes uno de nosotros y que
por medio de tu Espíritu de Amor, caminas con nosotros y nos hablas al corazón,
te pedimos que, como San José, nos vayas formando un corazón de pobre, que sepa
escucharte en el silencio, estar firme en el sufrimiento, alabarte en las
alegrías y amarte en la soledad, para que así, presentándonos ante ti con las
manos vacías, las vayas llenando de tus bienes hasta alcanzar el bien supremo:
La Vida Eterna.
TÚ que vives y reinas, con Dios Padre, por los siglos de los siglos de los siglos. Amén.
TÚ que vives y reinas, con Dios Padre, por los siglos de los siglos de los siglos. Amén.
9. Para obtener confianza y alegría
espiritual
Padre Bueno, que ante la caída del
hombre, enviaste a tu Hijo para salvarlo de la muerte y del pecado que lo
encadenaba, te pedimos por medio de San José, que imitándolo vivamos apartados
de todo egoísmo y, llenos de confianza y alegría, podamos celebrar juntos el
regalo de la fe que nos anima, y caminar así hacia la Fiesta Eterna.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.
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