Al caminar de estación a estación digamos o cantemos:
Perdón oh Dios mío
Perdón y Clemencia
Perdón e Indulgencia
Perdón y Piedad.
Pequé y mi alma
Su culpa confiesa
Mil veces me pesa
De tanta maldad.
Perdón oh Dio mío...
DÉCIMA ESTACIÓN
“En el Calvario, Jesús es despojado de sus vestiduras”
Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.
Jesús es despojado de sus
vestiduras, se los reparten los soldados; y su manto hecho de una sola pieza, se lo sortean.
Jesús, decidido a consumar la
Redención del género humano, se deja como la oveja al
matadero, sin rebelarse, solo sufrir las ignominias que le hacen los soldados,
sobre todo, por obediencia hace la
Voluntad del Padre, único camino de Salvación para
nosotros. Pidamos perdón a Dios por
todas nuestras rebeldías a sus Mandamientos, por toda la humanidad que ha
perdido la decencia, los valores de la vida, la castidad moral. Conociendo el sacrificio del Señor, aún le
somos infieles; dolémonos por nuestros pecados y arrepintámonos de los grandes
pecados que hemos cometido, la
Misericordia de Dios es mucho más grande y está siempre
dispuesto a perdonarnos si lo buscamos y le pedimos humildemente perdón.
UNDÉCIMA ESTACIÓN
“ Jesús es clavado en la Cruz”
Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.
En el madero que El llevó,
le clavan sus manos, primero su izquierda y después su derecha, lo
elevan y terminan la
Crucifixión , clavándole sus pies; el árbol de la Vida , ya ha sido plantado en
la tierra: Jesús Crucificado. Pero
antes de expirar, estando su Augusta Madre y Juan al pié de la Cruz , mirándolos les dijo: “Mujer he ahí a tu hijo, hijo he ahí a tu
Madre”. Ella, la Virgen y Madre, es parte
activa del Misterio Salvación de Dios, por lo tanto, Ella es nuestra
Corredentora y es el medio más corto para llegar a Jesús, el Hijo de Dios y
Salvador nuestro, Jesús es el único
puente para llegar finalmente a Nuestro Dios Padre. Con ésta Esperanza vivamos.
Pidamos a Dios Padre, la
gracia de ir siempre en pos de su Amado Hijo Jesús; de esta manera, Dios cumple
la promesa que les hizo a Adán y Eva al expulsarlos del Paraíso por
desobedecer: “Les enviaré a un Salvador”, y a la serpiente le sentenció: “Una Mujer te aplastará la
cabeza”. Ella es Maria
DUODÉCIMA ESTACIÓN
“ Jesús es clavado en la Cruz”
Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.
Contemplemos
a Nuestro Divino Maestro y Salvador, suspendido entre el cielo y la
tierra. La Obra ya ha sido consumada, la Gran Promesa a Adán y
Eva, ya ha sido cumplida. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”,
e inclinando la cabeza, Jesús expira.
Pidamos a ésta Madre de Dolores, que imprima profundamente en nuestros
corazones las llagas de Jesús crucificado; pidámosle que nos enseñe las cosas
del cielo, todos los Misterios de nuestra religión en particular éste gran
Misterio de la Redención
que muchos no entendemos y nos vamos por otros rumbos peligrosos, desdeñando la Esperanza de su Promesa
Divina que es la vida eterna. Un Dios
haciéndose hombre y muriendo por sus criaturas, ¿Quién lo podrá entender?, es
un Misterio de Amor; es algo que no podemos concebir en nuestras mentes
limitadas, es superior a la inteligencia humana. Pero si abrimos nuestros corazones, lo
entenderemos.
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
“ Jesús en los brazos de María Santísimia”
Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.
Contemplemos
a Jesús todavía en la cruz, su cuerpo inerte, desfigurado, lleno de heridas, todo
desgarrado. Y preguntémonos: ¿EL ha hecho todo esto por mí?
Esto
es una gran prueba de Amor, que nadie puede dudar. Si alguno de nosotros fuese condenado a
padecer todos los tormentos que Jesús sufrió: La Flagelación , La Coronación de espinas, La Crucifixión , y que
otro viniese y te diga: No, no amigo mío, déjame tomar tu lugar; yo voy a sufrir todo eso por
ti. ¿Dudarías acaso del amor de esa persona por ti?. Eso es lo que Jesús ha hecho por ti y por
todos nosotros. Hagamos un serio Examen
de Conciencia y preguntémonos si
seguimos las huellas de Jesús sufrido.
Démonos cuenta y de una vez por todas aceptemos que merecemos sufrir
para expiar nuestras culpas, nuestros pecados.
Es lo menos que podemos hacer en éste mundo, si queremos tener parte en
el Reino de Jesús en unión de Nuestra Madre Santísima.
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
“ Jesús es puesto en el sepulcro”
Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.
Por
temor a los judíos y antes del anochecer, conducen el cuerpo de Jesús a un
sepulcro nuevo horadado en la roca, allí lo depositan, se despiden de EL y
cierran la entrada con una gran piedra plana.
En el corazón de su Madre Dolorosa, penetra La Soledad , porque ya no
tiene a su lado a su Hijo Amado. Hay
que estar dispuestos a despojarnos del hombre viejo y enterrarnos con El, si
queremos resucitar con Nuestro Divino Maestro a una nueva vida, una vida de
amor y generosidad. Que por los méritos de su Santa Pasión, Jesús haga éste
milagro en nuestro favor, pero hay que estar dispuestos a su Divina Voluntad.
ÚLTIMA ESTACIÓN
“ La resurrección de Jesús"
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado (Lucas 24,5).
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