24
Rey
de amor
Viernes Santo 1° de abril de 1994
Querido padre Tomás:
Cuando el cardenal Sin es alabado por sus muchos
talentos, bromeando, él relata la historia bíblica de la entrada de Jesús en Jerusalén.
"Jesús montaba un burro cuando entró en la ciudad. Naturalmente, la gente empezó a
cantar mientras las mujeres desplegaban sus mantos sobre el camino por donde Cristo
debería
pasar, recibiéndolo en el nombre de Dios". El pobre burro pensó que todas las alabanzas y
ovaciones eran para él. No sabía que eran para Jesús, que estaba montado sobre él".
Todos nos podemos reír del humor de este cuento porque nos hace pensar en la naturaleza
humana. Por ejemplo, aquellos que no quieren la adoración perpetua en su parroquia
me recuerdan al
burro. Piensan que toda la alabanza de la gente se dirige a ellos.
¿O piensan que Jesús no se lo merece? La adoración perpetua es la alabanza por todo lo que
Jesús ha hecho por nuestra salvación. El Viernes Santo es el precio que pagó al
instituir la Eucaristía la noche del Jueves Santo. Primero
el banquete, después la cuenta. Jesús dio su Cuerpo en la cruz por amor a nosotros, para que nos pudiera dar
Su Cuerpo y todo Su Amor en la Sagrada Comunión. La Eucaristía es Jesús, Rey
de Amor.
Jesús fue levantado en la Cruz con odio, porque no querían que fuera su Rey. "Sobre su
cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: 'Este es Jesús, el
Rey de los judíos' (Mt 27, 37). Él es levantado con amor por medio de la adoración perpetua.
Por nuestra adoración de Jesús en la Custodia , hacemos que se derrame sobre la parroquia y el mundo
las gracias y méritos de la Cruz.
"Y acercándonos a Él con incesantes alabanzas, le decimos al mundo: ¡Este es Jesús
nuestro adorable Rey de Amor!". Por medio de la adoración perpetua lo
proclamamos Rey dándole el honor que realmente merece. Lo sacamos de la cruz de la vergüenza y reemplazamos
la corona de espinas con un trono de gloria rodeándolo de amor día y noche.
Cuando toda la
Iglesia lo proclame Rey mediante una renovación Eucarística, cuando cada
parroquia tenga adoración perpetua, entonces Él reclamará su Reino y renovará la
faz de la tierra.
Fraternalmente tuyo
en Su Amor Eucarístico,
Mons. Pepe
No hay comentarios:
Publicar un comentario