MES EN HONOR DE SAN JOSÉ
Pensamientos e invocaciones
.Día 8º- Hombre de la acogida. Oh San José, tu trabajo te llevaba a relacionarte a menudo con la gente, y en ello diste pruebas de atenta cortesía, calurosa acogida y superlativa honestidad.
Oh San José, ¡que yo sepa tener para mis prójimos los mismos gestos de disponibilidad con que tú serviste a tu prójimo haciendo de toda tu vida un verdadero tiempo cuaresmal.
Les mandamos el tercer don, conque Dios embelleció y enriqueció el alma de San José:
- Don de ciencia: Este don completó el conocimiento y juicio que San José tenía de las cosas humanas, capacitándolo para juzgar con certeza sobre lo que debía obrar, es decir, como los debía utilizar en orden a Dios y a su aprovechamiento sobrenatural.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Glorioso Patriarca San José!, animado de una gran confianza en vuestro gran valimiento, a Vos acudo para que seáis mi protector durante los días de mi destierro en este valle de lágrimas. Vuestra altísima dignidad de Padre putativo de mi amante Jesús hace que nada se os niegue de cuanto pidáis en el cielo. Sed mi abogado, especialísimamente en la hora de mi muerte, y alcanzadme la gracia de que mi alma, cuando se desprenda de la carne, vaya a descansar en las manos del Señor. Amén.
Jaculatoria. Bondadoso San José, Esposo de María, protegednos; defended a la Iglesia y al Sumo Pontífice y amparad a mis parientes, amigos y bienhechores.
CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
ANTE LAS TRIBULACIONES
¡Oíd, querido San José, una palabra mía !... Yo me veo abrumada de aflicciones y cruces, y a menudo lloro... Despedazada bajo el peso de estas cruces, me siento desfallecer, ni tengo fuerzas para levantarme y deseo que mi Bien me llame pronto. En la tranquilidad, empero, entiendo que no es cosa difícil el morir... pero si el bien vivir. ¿A quién, pues, acudiré sino a Vos, que sois tan bueno y querido, para recibir luz... consuelo… y ayuda? A Vos, pues, consagro toda mi vida, y en vuestras manos pongo las congojas, las cruces, los intereses de mi alma… de mi familia… de los pecadores… para que, después de una vida tan trabajosa, podamos ir a gozar para siempre con Vos de la bienaventuranza del Paraíso. Amén.
Jaculatoria. San José, Protector de atribulados y de los moribundos, rogad nosotros
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