Perpetua virginidad de María
Virgen antes, durante y después del parto.
María fue virgen antes, durante y después del parto, y será virgen por siempre, pues así lo ha querido Dios, y así lo ha querido también Ella, que en todo momento fue fiel a Dios y no lo desilusionó jamás.
Ésta es una verdad que el demonio odia especialmente, y por eso es una de las cinco razones por las que los católicos debemos reparar con la Comunión de los Primeros Sábados de Mes en honor del Inmaculado Corazón de María.
No es raro que los protestantes ataquen tanto esta prerrogativa de María, este privilegio suyo de su virginidad perpetua, diciendo que María tuvo más hijos después de haber dado a luz a Jesús.
No nos dejemos engañar por este error que no puede venir sino del Infierno, que odia sobremanera a María, y trata, como el Dragón del Apocalipsis, de vomitar un río de aguas sucias contra la Mujer vestida de Sol, es decir, María, para arrastrarla con perniciosas herejías.
Defendamos a nuestra Madre del Cielo. Porque así como no nos gusta que insulten a nuestra madre de la tierra, así tampoco debemos aceptar que insulten a la Siempre Virgen María, nuestra Mamá del Cielo.
Y si bien el Evangelio habla de que María dio a luz a su Primogénito, dando a entender que Ella tuvo más hijos; respondemos que esto es verdad, pero no se trata de hijos según la naturaleza, sino según la gracia, pues María verdaderamente nos ha dado a luz a todos los cristianos, porque Ella es Madre de Cristo, Madre de la Gracia, es decir, Madre de nuestras almas, verdadera Madre nuestra.
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