martes, 28 de febrero de 2012

Carta a un hermano Sacerdote - (6°)


                                                   
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Imitación

Fiesta de San Maximiliano Kolbe
14 de agosto de 1993


Querido padre Tomás:

       Mi carta de hoy se refiere a un vuelo que tomé de Manila a Cebú.  Antes de abordarlo, presencié algo que realmente me conmovió.  Una mujer llamada Ángela estaba en la lista de espera.  Ella le rogaba al empleado exponiendo su caso.  Su padre estaba muy enfermo y ella necesitaba estar a su lado.  Pero no había nada que se podía hacer.  El vuelo estaba completamente lleno y Ángela tendría que esperar entre tres y cuatro días para poder confirmar su asiento.
       En ese momento pasó algo fantástico.  Un joven se acercó y le dio a Ángela su reserva. Él estaba dispuesto a esperar horas, aun días, en ese incómodo y caluroso aeropuerto con el fin de que Ángela pudiera irse enseguida para estar al lado de su padre.
       Mientras volaba a Cebú, iba pensando en lo generoso que había sido la acción de este joven.  Después pensé en San Maximiliano Kolbe. ! Cuanto más emotivo fue el generoso acto que é1 llevó a cabo! Él es el Sacerdote que dio su vida por un compañero prisionero en el campo de concentración de Auschwitz.  Él estuvo dispuesto a morir para que un compañero preso que tenia familiar pudiera ser liberado.
       Destacado por su heroico sacrificio y gran trabajo misionero, fundador del movimiento Milicia de la Inmaculada, que cuenta con millones de consagrados a María diseminados por todo el mundo.  Maximiliano Kolbe fue uno de los primeros santos "canonizados por Juan Pablo II.
       Algunos criticaron al Santo Padre por su canonización, porque no hubo milagros que "probaran" que realmente Maximiliano Kolbe fuera un santo.  Por supuesto, la razón obvia, es que su vida fue un milagro de generosidad.  Hoy esta generosidad es un ejemplo para todos nosotros, en esta época de egocentrismo conocida como la "generación del Yo".
       ¿Que fue lo que inspiró a Maximiliano Kolbe?  Fue el Santísimo Sacramento, querido Tomás.  En la comunidad de Niepokalanow le habló a sus hermanos sobre Jesús en el Santísimo Sacramento como "el Hermano mayor, el Novio de las almas, presente en la Eucaristía; Él nos hace sus hermanos, Él estimula nuestros corazones con un amor recíproco”.
       El padre Maximiliano fomentó la adoración del Santísimo Sacramento como "la actividad más importante".  El soñaba en tener al Señor Jesús expuesto en la custodia día y noche en la capilla de Niepokalanow.  En 1938 declaró: "Mi objetivo es instaurar la adoración perpetua.  Cuando nos acercamos a la capilla, adquirimos para nosotros y para los demos muchas gracias, especialmente si dedicamos el día entero a la adoración del Santísimo Sacramento.  Con esta adoración se hace un tremendo bien".
       Y hablando de la adoración perpetua é1 agreg6: "allí fluye un caudal ininterrumpido de oración.  La oración es el poder más grande del universo, capaz de transformar a cada uno de nosotros, capaz de cambiar la faz de la tierra".
       En 1920, el padre Maximiliano tomó la determinaci6n de visitar al Santísimo Sacramento treinta veces al día.  El padre Pal, un colega y contemporáneo, atestigua que era fácil encontrarlo y saber lo que estaba haciendo porque siempre estaba en la capilla en adoración.
          Esto fue lo que inspiró al padre Kolbe a dar su vida por la de su compañero de prisión.  Innumerables veces había meditado sobre esta verdad en la presencia de nuestro Salvador.  Jesús eligió la muerte en la cruz para que pudiéramos tener la plenitud de Su Vida en el Santísimo Sacramento. Él eligió ser odiado para que podamos ser llenos de Su amor. Él eligió ser herido al punto de ser desfigurado para que podamos ser sanados a la perfecci6n. Él eligió las tinieblas del terrible abismo para que podamos tener la luz y la alegría de Su Presencia Real. Él eligió la agonía de estar totalmente abandonado por el cielo para que podamos tenerlo siempre a Él, Enmanuel, con nosotros en la tierra.
     El padre Kolbe le dijo a sus hermanos: 'Todos los hermanos menores deben tratar de imitar al Hermano Mayor, Jesús en el Santísimo Sacramento".
            Y esto es lo que el padre Kolbe hizo cuando intercambió su propia vida por la de su compañero de prisión.  El efecto más grande de su devoción al Santísimo Sacramento fue la IMITACION.  Puede que no seamos llamados a tan dramático acto de generosidad, pero cada día somos llamados a muchos pequeños actos de desprendimiento, por lo que todos deberíamos ser motivados, influenciados e impulsados por el acto más grande de generosidad, el testimonio del generoso Amor de Jesús en el Santísimo Sacramento.

Fraternalmente tuyo en
Su Amor Eucarístico,



 Mons.  Pepe

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