miércoles, 22 de febrero de 2012

Miércoles de Ceniza y Viernes Santo, son días de ayuno y abstinencia


Miércoles de Ceniza y Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia:

Código de Derecho Canónico

CAPITULO  II- De los días de penitencia

C1249  Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen.
C1250  En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma.
C1251  Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
C1252  La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia.
C1253  La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad.

El ayuno es realizar sólo una comida fuerte (completa) al día. Se permite, además, la parvedad en la mañana y la colación en la noche que consiste en un muy ligero alimento (bastante menor al acostumbrado). No debe comerse ningún otro alimento entre comidas. Los líquidos simples o para calmar la sed pueden beberse a cualquier hora (por ejemplo: agua, cerveza, vino, café con poca azúcar, etc.). No deben beberse, entre comidas, caldos, leche y otros que fungen como alimento.

La abstinencia prohibe comer DURANTE LAS 24 HRS. DEL DÍA, carne y caldo de carne de animales terrestres o que vuelan (res, carnero, cerdo, pollo, codorniz, pájaros, etc.). Se permite la carne de pescados o mariscos (animales acuáticos). En algunas regiones existe el error generalizado de que se permite el pollo o el caldo de pollo, pero esto no es así.

En algunos países la Conferencia Episcopal permite reemplazar el ayuno por otro sacrificio.

Además se puede aprovechar para dar como limosna POR LO MENOS lo ahorrado por el ayuno:

San Juan Crisóstomo
«Ningún acto de virtud puede ser grande si de él no se sigue también provecho para los otros... Así pues, por más que te pases el día en ayunas, por más que duermas sobre el duro suelo, y comas ceniza, y suspires continuamente, si no haces bien a otros, no haces nada grande».

SAN PEDRO CRISÓLOGO
«Quien no ayuna para el pobre engaña a Dios. El que ayuna y no distribuye su alimento, sino que lo guarda, demuestra que ayuna por codicia, no por Cristo. Así pues, hermanos, cuando ayunemos, coloquemos nuestro sustento en manos del pobre».

Los viernes de TODO el año se debe abstener de carne: triste que las ventas de hamburguesas no caigan los viernes en los países que se dicen Católicos. Las hamburguesarías debieran cerrar al menos los miércoles de ceniza y viernes santo!

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Una imagen puede ayudar a que el ayuno tenga aún más valor de mortificación =)

Cambiando de tema:

Aprovechemos para dejarnos la marca de la ceniza, así servimos de recordatorio viviente a los demás de la importancia de ir a Misa al menos hoy.
Los no católicos también pueden recibir las cenizas y es una excelente excusa para hacer apostolado y acercarlos a presenciar la Misa.



Artículo

Sobre el ayuno
favor de citar como fuente www.iesvs.org

Marcos 2 (ver también Lc 5, 33-39; Mt 9, 14-15)
18        Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?»
19        Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Mientras tengan consigo al esposo no pueden ayunar.
20        Días vendrán en que les será arrebatado el esposo; entonces ayunarán, en aquel día.
El esposo ya ha sido arrebatado, Jesús ya ascendió a los cielos, entonces ¿por qué no ayunan los discípulos? ¿acaso no eres su discípulo?
El pueblo de Israel estuvo 40 años en el desierto en una especie de ayuno-purgatorio (CIC 50). “San Atanasio, en una de las “cartas festales” escribe: “Cuando Israel era encaminado hacia Jerusalén, primero se purificó y fue instruido en el desierto para que olvidara las costumbres de Egipto. Del mismo modo, es conveniente que durante la santa cuaresma que hemos emprendido procuremos purificarnos y limpiarnos, de forma que, perfeccionados por esta experiencia y recordando el ayuno, podamos subir al cenáculo con el Señor para cenar con él y participar en el gozo del cielo. De lo contrario, si no observamos la cuaresma, no nos será licito ni subir a Jerusalén ni comer la pascua”. Esto queda confirmado por la “Constituciones Apostólicas” (V, 13) y presupuesto por San Juan Crisóstomo (Homiliae, XXX sobre Gn 1).”
Moisés y Elías ayunaron 40 días. Jesús ayunó (sin comer ni beber NADA) cuarenta días en el desierto (Mt 4, 2). También en otras ocasiones.
Salvo tal vez algún niño o mártir con bautismo de sangre, no conocemos Santos que no han ayunado.

El ayuno agrada y sirve a Dios:
Lucas 2
37        y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.

El ayuno potencia el poder de intercesión de la oración:
Hechos 14
23        Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
Ver también Hc 13,2-3; 27,9-10.

A los seres humanos nos conmueve una huelga de hambre. ¿Por qué? porque sentimos en carne propia el hambre ajeno, porque el dolor nos mueve a la compasión (“pasión con”). De la misma manera, a Dios se le mueven las “entrañas de Misericordia” (Lc 1,76-79) cuando escucha los gemidos de hambre de nuestros estómagos que acompañan nuestra humilde petición.

Cuando el estómago gruñe, el corazón despierta. Todo sacrificio ofrecido por amor a Dios, nos trae gracias que expanden nuestra capacidad de amar más a Dios y al prójimo, aún a costa de nuestra incomodidad personal. ¿Cómo vamos a “amar hasta que duela” como sugiere Madre Teresa (el dolor corredentor es el sello del verdadero amor), si no somos capaces siquiera de aguantar un poco de hambre?

Tal como lo indica los Hechos de los Apóstoles, cada domingo se celebraba la Misa en memoria a la Resurrección del Señor. De manera similar los documentos de la Era Apostólica muestran que cada viernes se ayunaba en memoria de la Pasión.

Ya en el siglo I, la Didajé, la Doctrina de los Apóstoles, cuenta que los Cristianos, debieran ayunar los miércoles y viernes, rezando al menos un Padrenuestros tres veces al día:
“No ayunaréis juntamente con los hipócritas, que ayunan el segundo y el quinto día de la semana. Vosotros ayunaréis el día cuarto y el de la preparación. Tampoco hagáis vuestra oración como los hipócritas, sino, como lo mandó el Señor en el Evangelio, así oraréis:
Padre nuestro... Oraréis así tres veces al día.”
Nota: los hipócritas eran los fariseos (Lc 18,12)

Se ayuna los Miércoles por ser el día de la traición de Judas, en conmemoración de nuestra traición por pecar (no es casualidad que la cuaresma comience un miércoles de ceniza). Para Dios, todo está pesado y medido.

Muchas órdenes religiosas ayunan los miércoles y viernes. La regla de las faustinas (dictadas por Jesús a Santa Faustina) decreta ayuno a pan y agua incluso los sábados, día de la Virgen. Otras órdenes estrictas como los mínimos ayunan los 365 días del año (pero incluyen pescado y verduras).

Hay decenas de citas sobre ayunos en el antiguo testamento, ya sea como penitencia por los pecados como, para evitar la automaldición del pecado o para agradar a Dios.

En Medjugorje la Virgen nos recuerda una tradición establecida por Dios para TODO su Pueblo.
Durante la víspera de la gran fiesta de Su Asunción, el 14 de agosto de 1984, en Medjugorje, la Santísima Virgen dio, por medio del vidente Ivan Dragicevic, el siguiente mensaje: "Quisieraque el mundo orara por Mí en estos días, y lo más posible. Que ayune los miércoles y viernes. Que rece cada día cuando menos el Rosario: los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos" (S. Barbaric: "Ora con el corazón", Medjugorje 1994, pág. 57). Esto fue antes de la inclusión de los misterios luminosos. Ahora habría que incluirlos a la petición de la Virgen.

La Biblia y el Ayuno

Este es el ayuno que yo quiero
Lectura del libro del profeta Isaías 58, 1-9a
Esto dice el Señor:
"Grita con fuerte voz, no te contengas, levanta la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus rebeldías, a la descendencia de Jacob sus pecados.
Me buscan a diario, desean conocer mi voluntad, como si fueran un pueblo que se comporta rectamente, que no quisiera apartarse de lo que Dios considera justo. Me piden sentencias justas, desean estar cerca de Dios. Y, sin embargo, dicen: "¿Para qué ayunar, si tú no te das cuenta? ¿Para qué mortificarnos, si tú no te enteras?"
En realidad utilizan el día del ayuno para hacer lo que les da la gana y explotar a sus trabajadores. Ayunan entre pleitos y riñas golpeando criminalmente con el puño. No ayunen de esta manera, si quieren que su voz se escuche en el cielo. ¿Es acaso ése el ayuno que yo quiero cuando alguien decide mortificarse? Inclinan la cabeza como una caña, y se acuestan sobre cenizas con vestido de luto. ¿A eso le llaman ayuno, día grato al Señor?
El ayuno que yo quiero es éste: que sueltes las cadenas injustas, que desates las correas del yugo, que dejes libres a los oprimidos, que acabes con todas las opresiones, que compartas tu pan con el hambriento, que hospedes a los pobres sin techo, que proporciones ropas al desnudo y que no te desentiendas de tus semejantes.
Entonces brillará tu luz como la aurora y tus heridas sanarán en seguida, tu recto proceder
caminará ante ti y te seguirá la gloria del Señor.
Entonces invocarás al Señor y él te responderá; pedirás auxilio y te dirá: "Aquí estoy"".


Ayuno cuaresmal

Citando un escrito anónimo de internet:

Desde los orígenes nunca se ayunó en domingo por ser día de fiesta. Para respetar el domingo y, a la vez, tener cuarenta días efectivos de ayuno durante la cuaresma se agregaron cuatro días a la cuaresma, antes del primer domingo, estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto. (Si uno cuenta los días que van del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo y le resta los seis domingos, le dará exactamente cuarenta).

Ya desde el inicio varios Padres muestran que el ayuno de cuarenta días era una institución apostólica:
·         El término “tessarakoste” (cuadragésimo), “Cuaresma” en griego, aparece en el quinto canon del Concilio de Nicea (325 d.C.)
·         En el 331, San Atanasio en sus “Cartas Festales”, habla a su grey del ayuno preliminar de cuarenta días.
·         En el 332, Eusebio de Cesárea (Historia Ecclesiastica V, 24), escribe “Después de Pascua, pues, celebramos Pentecostés durante siete semanas íntegras, de la misma manera que mantuvimos virilmente el ejercicio cuaresmal durante seis semanas antes de Pascua.” Y en la traducción de Rufino al latín a fines del siglo IV, cita una carta de San Ireneo (año 190) al Papa Víctor con relación a la Controversia de Pascua. En él, Ireneo dice que no sólo existe una controversia acerca de la fecha de observancia de la Pascua, sino también acerca del ayuno preliminar. “Pues- continúa- algunos piensan que hay que ayunar durante un día, otros que durante dos, y otros que durante varios, e incluso otros aceptan que afirman que deben hacerlo durante cuarenta días continuos, de día y de noche”.
·         San Jerónimo (+ 420) (P.G., LXVII, 633; P.L., XXII, 475).
·         El historiador Sócrates (+ 433) confirma que la Cuaresma duraba seis semanas. Era obligatorio ayunar junto con los candidatos al bautismo (que se celebraban el Domingo de Pascua).
·         San León (+ 461) exhorta a sus oyentes a abstenerse para que “puedan cumplir con su ayuno la institución apostólica de los cuarenta días”- ut apostolica institutio quadraginta dierum jejuniis impleatur (P.L., LIV, 633)

¿En qué consistía el ayuno?
Epifanio, Paladio y el autor de “La vida de Santa Melania la Joven” cuentan que el cristiano ordinario debía pasar 24 horas o más sin alimento alguno, sobre todo durante la Semana Santa, y los más austeros subsistían a lo largo de la Cuaresma con una o dos comidas semanales (Cf. Rampolla, “Vita di S. Melania Giuniore”, apéndice XXV, p. 478).
La regla ordinaria del ayuno, sin embargo, consistía en tomar una comida al día, en la tarde, con la total prohibición de tomar, en los primeros siglos, carne y vino. En la Semana Santa, o al menos el Viernes Santo, era común hacer el ayuno llamado xerophagiæ, i,e., una dieta de alimentos secos, pan, sal y vegetales.
Teodulfo de Orleans, en el siglo VIII, consideraba la abstinencia de huevos, queso y pescado como señal de una virtud excepcional. San Gregorio, en una carta a San Agustín de Inglaterra, fija la norma: “Nos abstenemos de carne y de todo aquello que viene de la carne, como la leche, el queso y los huevos”. Esto formaba parte del “Corpus Juris” (ley general en la Iglesia).
Esta prohibición de comer huevos y leche en Cuaresma se ha perpetuado en la costumbre popular de bendecir o regalar huevos de Pascua.

¿Por qué la Virgen nos recuerda el ayuno en estos tiempos?

Como ya vimos el pedido de ayuno en realidad siempre estuvo vigente, pero el valor reparador del auto-sacrificio y la mortificación sumado al de Cristo en la Cruz, fue olvidado en las últimas décadas. Por otra parte, nunca se pecó tanto como ahora. Pecados gravísimos como el sexo no abierto a la vida, el sexo fuera del matrimonio de por vida, el aborto (todos los mal llamados anticonceptivos son en realidad abortivos), la actividad homosexual, la desidia en ocuparse de los pobres, faltar a la Misa dominical, en fin, el despreciar totalmente el amor de Dios… son pecados cada vez más comunes y claman al cielo por la auto-maldición material y espiritual que trae aparejada cada pecado. Si queremos evitar o al menos mitigar la automaldición de nuestras vidas, debemos ofrecer reparación. La Misa es el sacrificio perfecto que sostiene al mundo, pero además queremos mostrarle a Dios que lo amamos con algo que duela, porque con el dolor cooperamos en la salvación de las almas y somos corredentores: el amor se muestra en el dolor.

Con cada pecado nos atamos con un lazo hacia Satanás (o si es pecado mortal, una cadena). La confesión los rompe y nos fortalece en ese punto débil/enfermo, pero puede quedar una herida, una debilidad, un vicio. El ayuno ofrecido a Dios, ayuda a reparar la herida que nos auto-infligimos en nuestro corazón al pecar y nos libera de la dependencia. Además, desaparece el apetito desordenado y porque tenemos más fuerza espiritual para moderarnos en todo.

Por ejemplo, si regularmente caemos en gula y ‘necesitamos’, como si fuera droga, algún alimento superfluo (algo dulce, algo salado, golosinas, gaseosa, café, comer hasta la saciedad), el ayuno ayuda a romper con ese y otros pecados (incluso los sexuales), siempre que vivamos en Gracia y con vida sacramental (confesión y Eucaristía).

El ayuno con oración nos da gracias especiales. Jesús dijo que algunos demonios sólo pueden ser expulsados con el ayuno y la oración (Mc 9,29)

El ayuno nos ayuda a entender lo que es sufrir el hambre AHORA y dejar las excusas como “yo no doy dinero a los pobres, que trabajen, si se acostumbran a la limosna serán vagos toda su vida”... sin comprender que a veces lleva tiempo conseguir trabajo mientras el hambre es AHORA.

Por amor a Dios y al prójimo, es importante dar a los pobres el dinero que se ahorre en alimentos por el ayuno (y el del tratamiento de adelgazar!). La limosna borra muchos pecados (leer Tobías) y nos preserva de caer en ellos (Cura de Ars).

El ayuno nos ayuda a valorar más la comida. Comprendemos mejor que es un don de Dios que no debe ser desperdiciado, más allá de nuestro trabajo como causa segunda. Nos servimos menos en el plato para no tener que tirar nada. Si algún día de ayuno nos damos cuenta que daríamos lo que fuera por un poco de sobras, las comeremos al día siguiente como un verdadero manjar, sin protestar.


La “dieta” Católica

Aunque en general los efectos del ayuno en la silueta son notables, el ayuno no es el ‘nuevo’ método para adelgazar, pero sí funciona en ese sentido, quitando el apetito desordenado y llevando al cuerpo al peso ideal. Si realmente ofrecemos el ayuno POR AMOR A DIOS, en reparación del daño que los pecados propios y ajenos hacen a los Sagrados Corazones de Jesús y María, la pérdida de peso se dará por añadidura. "Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura." (Mateo 6, 33)
“Prueben y vean qué bueno es el Señor”! (Salmo 33,9)


El peligro del ayuno farisaico

Aún si no fuese sacrificio comer pan, el ayuno es bueno como muestra de humildad, al hacer caso al pedido de la Biblia, la Tradición y la Santísima Virgen. Pero hay que tener mucho cuidado: los fariseos también ayunaban rigurosamente y a pesar de esto eran “sepulcros blanqueados” “raza de víboras” “hijos del diablo” (así los llama Jesús mismo).

El ayuno debe ser para Gloria de Dios y no para mostrarnos a los hombres o creernos superiores por una especie de maratón de penitencias a ver quién es más fuerte y aguanta más.

El 9 de marzo de 2011 Benedicto XVI en su catequesis de Miércoles de Ceniza dijo (Zenit.org):
·         El ayuno no es un fin en sí mismo, sino el “signo externo” de una “realidad interior”, que es el de saber “vivir del Evangelio”.
·         El ayuno “significa la abstinencia de la comida, pero comprende otras formas de privación en aras de una vida más sobria”.
·         Sin embargo, “todo esto no constituye todavía la realidad plena del ayuno: es el signo externo de una realidad interior, de nuestro compromiso, con la ayuda de Dios, de abstenernos del mal y de vivir el Evangelio”.
·         “No ayuna de verdad quien no sabe nutrirse de la Palabra de Dios”, afirmó el Papa.
·         “El ayuno, en la tradición cristiana, está ligado estrechamente a la limosna”, afirmó el Papa
·         En este sentido, recordó con san Agustín que tanto el ayuno como la limosna son “las dos alas de la oración”, que le permiten alcanzar mayor impulso y llegar a Dios.
En definitiva, de poco servirá el esfuerzo del ayuno si no está acompañado por generosa limosna y oración en silencio. Una cosa es ayunar como una regla autoimpuesta, un deber, una tradición, y otra muy distinta es vivir el ayuno por amor, humildad, penitencia y obediencia.

El verdadero espíritu cristiano está en LOA (limosna, oración y ayuno), en ese orden tal como enseña Jesús (y el mismo de los Reyes Magos, el oro de limosna, el incienso de la oración y sacrificio del templo y la mirra de las heridas de las mortificaciones):

Mateo 6
1          «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
2          Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
3          Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
4          así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
5          «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
6          Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
7          Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.
8          No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
9          «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
10        venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
11        Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
12        y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
13        y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
14        «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
15        pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
16        «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.
17        Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
18        para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
19        «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban.
20        Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben.
21        Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.


Típicas objeciones al ayuno

1. “Si ayuno estaré débil y no podré trabajar.”

San Calixto “ayunaba días y semanas y hasta 40 días seguidos. Cuando los perseguidores lo llevaron preso por proclamar su fe en Jesucristo, lo echaron a un oscuro calabozo, esperando que se desesperaría por hambre. Pero después de unos días lo encontraron muy tranquilo. Le preguntaron cómo lograba mantenerse sereno sin comer ni beber y les dijo: "Acostumbré a mi cuerpo a pasar días y semanas sin comer ni beber, y esto por amor a mi amigo Jesucristo, así que ya soy capaz de resistir sin desesperarme".

San Pedro de Alcántara: estaba acostumbrado a comer sólo cada tres días y a veces pasaba una semana sin comer y permanecía en éxtasis y oración profunda.”

Mi carne es verdadero alimento y mi sangre verdadera bebida” (Juan 6,55)
Existen testigos históricos de que San Nicolás de Flüe se alimentó sólo con la Eucaristía (inedia) durante un período de 19 años y medio. La estigmática Louise Lateau (1850-83) sólo comulgaba por 12 años (tomaba sólo 3 o 4 vasos de agua por semana y no dormía).
También está documentado, incluso por la policía anticatólica de José Bonaparte, que la beata estigmática Anna Katharina Emmerick se alimentaba sólo por la Eucaristía (12 años).
Marta Robin, mística francesa, fundadora de los Foyer de Charité (Hogares de la Caridad), que vivió muchos años sin comer, también vivió recibiendo solamente la Eucaristía diaria. Algunos links interesantes sobre ella:
También se alimentaron sólo de la Eucaristía:
·         Santa Lidwina
·         Santa Catalina de Siena
·         Beata Angela de Foligno
En general casi todos los estigmáticos (visibles o invisibles) experimentan este fenómeno.

Más recientes:
También, la estigmática Marie-Theres Neumann, ha vivido años sin siquiera probar bocado excepto la Eucaristía…
La judía conversa en carmelita Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) quien murió mártir en la cámara de gas de Auschwitz junto a miles de judíos mártires.
La Beata terciaria salesiana Alexandrina Maria da Costa, también conocida como la Santa de Balasar, cerca de Fátima, Portugal, vivió sin comer ni tomar agua: sólo una Eucaristía diaria desde el 27 de marzo de 1942 hasta su muerte el 13 de octubre de 1955 (13 años y medio). En 1943, durante cuarenta días y cuarenta noches, su ayuno absoluto y su anuria fueron estrictamente controlados por médicos en el hospital de la Foz do Douro cerca de Oporto.

Biografías al pie. Si conoce otros casos de ‘ayuno absoluto’ favor de escribirnos.

Ellos se mantenían saludables debido al milagro de la Eucaristía. Obviamente, son casos excepcionales, pero hay que recordar que para quienes están en Gracia, la Eucaristía es verdadero alimento supersubstancial (como dice el Padrenuestro en latín), el “maná bajado del Cielo”, muy superior al maná, casi único alimento de los judíos durante años de desierto.

Mateo 16
32        Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino.»
La multiplicación de los panes refleja la multiplicación que se da en la Eucaristía, donde el cuerpo de Cristo se multiplica en cada Hostia consagrada donde está todo entero. El pan que dio Jesús bastó para no desfallecer en el camino y algunos venían de lejos (Mc 8,3)… ¡tal vez días de caminata!

Se puede llegar a la misma conclusión en una de las interpretaciones de Hc. 27,33-38: no era conveniente estar en ayunas más de 14 días, comulgaron el Pan consagrado por San Pablo y ya no necesitaron el alimento normal: lo tiraron por la borda.

Para los no tan místicos es bueno saber que nunca le va a faltar energía porque el pan es pura energía (hidratos de carbono). Recordemos que los deportistas comen hidratos de carbono (por ejemplo fideos, que al igual que el pan contienen harina) unas dos horas antes de hacer ejercicio para poder sacar máxima energía de la comida en poco tiempo.

El pan es la energía que necesita para solucionar una hipoglucemia o lipotimia, coma más pan y listo pero trate de no llegar a ese estado nuevamente no salteando las 3 o 4 comidas de pan (aunque las Faustinas comen pan sólo una vez al día). Haga lo que haga, no ayune sin la aprobación del director espiritual: es más importante obedecer HUMILDEMENTE la voluntad de Dios que se manifiesta a través del director, que cualquier penitencia (esto no implica que uno no pueda tratar de conseguir un mejor director que comprenda que no se avanza en la Santidad sin mortificación).


2. “Si ayuno de día, luego a la noche, como por todo el día.”

El ayuno comienza sin desayuno y termina con el desayuno. No se debe comer a las 00:01 AM considerando que ya es el día siguiente, como hacen los musulmanes en ramadán. El ayuno comienza desde la última comida a la tarde/noche y sigue hasta la hora de desayunar al día siguiente. Por ejemplo, para el ayuno del Viernes se come normalmente el Jueves por la noche y luego durante el Viernes se come pan y agua hasta que llega el Sábado a la mañana donde se desayuna normalmente y sin atracones.


3. “Si ayuno, al día siguiente como a reventar.”

Las comidas del día anterior y del día siguiente deben ser normales con cantidades normales. Si por ayuno caemos en gula, “mejor no pecar, que ayunar”. Recordemos que cada pecado, por más pequeño que sea implica una ofensa infinita porque Dios es infinito.


4. “A mí me encanta el pan, por eso no ayuno, porque no es esfuerzo.”

A uno puede encantarle cualquier cosa (por ejemplo chocolate) pero a medida que come más de ella, menos placer saca de cada mordida adicional e incluso llega el punto que un bocado adicional produce displacer o rechazo, por ejemplo empalago, empacho, etc. Los economistas llaman a esto ley de la utilidad marginal decreciente. El pan no escapa a esa ley. Por más que te guste el pan, tarde o temprano será un sacrificio comerlo. Es mejor hacerle caso a la tradición y a la Virgen y ayunar sólo con pan. A nadie se le ocurra ayunar a chocolate y agua por este ejemplo (chiste).

5. “Pero el pan engorda”

Lo que engordan son las calorías. El pan es uno de los alimentos que menos calorías posee por nivel de saciedad. De todas formas, si sólo come pan, tendría que comer hasta reventar para sobrepasar las calorías de su dieta normal. Parte del ayuno es comer pan simple (harina, agua, sal, azúcar). A no ser que no se pudiera conseguir pan simple, no respeta el espíritu de penitencia comer pan de manteca, pan de queso, pan de chocolate, etc. La creatividad para burlar el espíritu del ayuno es increíble.


6. El ayuno es peligroso porque lleva a trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia.

Santa Teresa de Jesús escribía en “Castillo interior”, que dejemos al director espiritual preocuparse por nuestra salud y mientras no se oponga, suframos todo lo que podamos. Sólo tenemos esta vida para acumular tesoros en el Cielo y co-salvar almas por las mortificaciones ofrecidas por amor a Dios.

La Sra. María Livia Galliano de Obeid, la vidente de la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús (Salta) ayuna de lunes a sábados a pan y agua. El Domingo come normalmente. De aspecto se la ve siempre bien saludable y no demacrada: ¡es el milagro de la Eucaristía! Pero no todos podemos seguir inmediatamente su ejemplo. Dice San Pablo que Dios da gracia sobre gracia, al pasar una prueba/sacrificio, recibimos la gracia de pasar una prueba más difícil. Esa es una razón más por la que es tan importante buscar un buen director espiritual y dejarse guiar.

Si obedeces a tu director y vives según la Divina Voluntad, Dios logrará que “nada te turbe”. Ahora bien, si no obedeces, Dios permitirá que se apliquen las leyes naturales para humillar tu soberbia: ni se te ocurra ayunar por períodos largos sin aprobación previa del director espiritual. Una persona ayunó por 40 días y decidió seguir un día más hasta la comunión, al día siguiente lo tuvieron que internar en el hospital por una descompensación generalizada… la soberbia arruina el sentido del ayuno… no es una maratón de quién puede más.

Dice Santa Teresa de Jesús en Las Moradas, capítulo 2:
“Pone en una hermana unos ímpetus de penitencia, que le parece no tiene descanso sino cuando se está atormentando. Este principio bueno es; mas si la priora ha mandado que no hagan penitencia sin licencia, y le hace parecer que en cosa tan buena bien se puede atrever, y escondidamente se da tal vida que viene a perder la salud y no hacer lo que manda su Regla, ya veis en qué paró este bien. Pone a otra un celo de la perfección muy grande. Esto muy bueno es; mas podría venir de aquí que cualquier faltita de las hermanas le pareciese una gran quiebra, y un cuidado de mirar si las hacen, y acudir a la priora; y aun a las veces podría ser no ver las suyas por el gran celo que tiene de la religión. Como las otras no entienden lo interior y ven el cuidado, podría ser no lo tomar tan bien.
17. Lo que aquí pretende el demonio no es poco, que es enfriar la caridad y el amor de unas con otras, que sería gran daño. Entendamos, hijas mías, que la perfección verdadera es amor de Dios y del prójimo, y mientras con más perfección guardáremos estos dos mandamientos, seremos más perfectas.”

Consejos prácticos

1. Debido a que algunas panaderías (en especial las industriales o las de supermercado) usan leudantes químicos y conservantes en vez de levadura natural, recomendamos consultar antes de comprar, porque los ‘químicos’ están calculados para un consumo diario muy inferior y pueden causar perjuicio para la salud.
Sobre todo en los países donde el pan es caro, conviene comprar máquinas de hacer pan: permiten controlar los ingredientes (los coloca, aprieta un botón y en 3 horas tiene un pan recién horneado… sin hacer nada). Cuestan aprox. 70 dólares hay usadas a 20 dólares: se amortizan rápidamente con lo que se ahorra en la compra de pan.

2. No olvide tomar suficiente agua para hidratarse adecuadamente.
Si se siente débil, aún comiendo más pan, o los días anteriores no tuvo una dieta equilibrada, puede completar con jugos de frutas (o sopa sin grasa/carne), aunque no es lo ideal, si sólo ayuna 2 veces por semana. Sin embargo, para ayunos continuos de 7 o 40 días, la Virgen lo sugirió a las videntes en San Nicolás y Salta, Argentina.

3. El ayuno de las madres puede no ser bueno para hijos en gestación o amamantamiento, por ejemplo, si la dieta no es equilibrada el resto de los días y/o no se cuenta con la ayuda de la Eucaristía diaria. Consulte siempre a su director espiritual.

4. El ayuno de los niños, enfermos o ancianos debe hacerse con prudencia, consultando al director espiritual y al médico. Los niños, en vez de ayunar a pan, pueden privarse de otros alimentos como carne, golosinas, gaseosas, etc. Según Emmerick, la Virgen a los 3 años había ofrecido el sacrificio de no comer ni carne ni lácteos en toda su vida y fue rechazado por los sacerdotes por considerarlo excesivo: ella obedeció (no sabemos si la autorizaron a ofrecer eso luego, cuando fue más grande).

5. Casi tan importante como los frutos espirituales, es que el ayuno sirva para los más pobres. Para quienes no tienen ingresos propios, ayunar es una de las pocas formas de conseguir recursos propios para donar:

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