martes, 8 de enero de 2013

Evangelio - Martes 08 de Diciembre


† Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 34-44
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al desembarcar, vio Jesús una multitud, se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos a decirle: 
"Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y se compren algo de comer". 
El les replicó:
"Denles ustedes de comer".
Ellos le dijeron:
"¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?"
El les preguntó:
"¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver".
Cuando lo averiguaron, le dijeron:
"Cinco panes y dos pescados".
Jesús ordenó que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Otro comentario: San Juan Crisóstomo (c 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia 
Homilía sobre el evangelio de Mateo, n° 49, 1-3 
La multiplicación de los panes

    Observemos el abandono confiado de los discípulos a la providencia de Dios en las necesidades más grandes de la vida y su desprecio hacia una existencia lujosa: eran doce y tenían sólo cinco panes y dos peces. No se preocupaban de las cosas del cuerpo; se dedicaban con celo a las cosas del alma. Es más, no guardaron para ellos estas provisiones: se las dieron en seguida al Salvador cuando se las pidió. Aprendamos de este ejemplo, a compartir lo que nosotros tenemos con los que están necesitados, aunque tengamos poco. Cuando Jesús les pide los cinco panes, no dicen: "¿qué nos quedará para más tarde? ¿De dónde sacaremos lo que nos hace falta a nosotros?" Obedecen en seguida...

    Tomando pues los panes, el Señor los partió y les confió a los discípulos el honor de distribuirlos. No quería solo honrarlos con este santo servicio, sino que quería que participaran en el milagro, para que fueran testigos bien convencidos y no olvidaran lo que habían visto con sus ojos... Por ellos hace sentar a la gente y distribuye el pan, con el fin de que cada uno de ellos pueda dar testimonio del milagro que se realizó entre sus manos...

    Todo en este acontecimiento - el lugar desierto, la tierra desnuda, poco pan y pescado, la distribución de las cosas sin preferencia, cada uno que tiene tanto como su vecino - todo esto nos enseña la humildad, la frugalidad, y la caridad fraterna. También amarnos unos otros, tenerlo todo en común entre los que sirven al mismo Dios, es lo que nos enseña nuestro Salvador aquí.


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