miércoles, 16 de mayo de 2012

Evangelio - Miércoles VI Semana de Pascua


Día Litúrgico: Miércoles VI Semana de Pascua

Texto del Evangelio (Jn 16,12-15): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros».

Comentario: Rev. D. Santi COLLELL i Aguirre (La Garriga, Barcelona, España)
«Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa»
Hoy, Señor, una vez más, nos quieres abrir los ojos para que nos demos cuenta de que con demasiada frecuencia hacemos las cosas al revés. «El Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa» (Jn 16,13), aquello que el Padre ha dado a conocer al Hijo.

¡Es curioso!: más que dejarnos guiar por el Espíritu (¡qué gran desconocido en nuestras vidas!), lo que hacemos es, bien pasar de Él, bien “imponerle” las cosas una vez ya hemos tomado nuestras decisiones. Y lo que hoy se nos dice es más bien lo contrario: dejar que Él nos guíe.

Pienso, Señor, en voz alta... Vuelvo a leer el Evangelio de hoy y me vienen a la cabeza los chicos y chicas que recibirán la Confirmación este año. Veo los que me rodean y estoy tentado a pensar: —¡Qué verdes están! ¡A éstos, tu Espíritu no les va ni por delante ni por detrás; y más bien se dejan guiar por todo y por nada!

A quienes se nos considera adultos en la fe, haznos instrumentos eficaces de tu Espíritu para llegar a ser “contagiadores” de tu verdad; para intentar “guiar-acompañar”, ayudar a abrir los corazones y los oídos de quienes nos rodean.

«Mucho tengo todavía que deciros» (Jn 16,12). —¡No te retengas, Señor, en dirigirnos tu voz para revelarnos nuestras propias identidades! Que tu Espíritu de Verdad nos lleve a reconocer todo aquello de falso que pueda haber en nuestras vidas y nos haga valientes para enmendarlo. Que ponga luz en nuestros corazones para que reconozcamos, también, aquello que de auténtico hay dentro de nosotros y que ya participa de tu Verdad. Que reconociéndolo sepamos agradecerlo y vivirlo con alegría.

Espíritu de Verdad, abre nuestros corazones y nuestras vidas al Evangelio de Cristo: que sea ésta la luz que ilumine nuestra vida cotidiana. Espíritu Defensor, haznos fuertes para vivir la verdad de Cristo, dando testimonio a todos.

Otro Comentario: Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)
El "depósito" de la fe
Hoy —en este breve texto de san Juan— Jesús aparece, básicamente, como Maestro. Su preocupación máxima es "decirnos cosas". Cosas que salvan y que, de diversos modos, fueron pre-dichas en el Antiguo Testamento. Pero tiene que dosificar su transmisión porque "ahora no podéis con ello". A veces no son verdades fácilmente digeribles. El Espíritu de la verdad "os guiará hacia la verdad completa".

La acumulación de las "cosas" que nos dice Jesús constituye el depósito de la fe. Creer es, primariamente, conocer. La Iglesia nos invita a "razonar", a profundizar lo que nos "dice" Jesucristo. Si no hay "razonamiento" que la profundice, si no hay una buena información religiosa permanente, la fe se convierte en "discusiones de café". 

—No se me había ocurrido, Señor, que mi misa dominical es escuchar cosas que Tú me "dices". ¿No sería hora, Señor, de colocar, en un sitio de honor de mi casa el "Catecismo de la Iglesia Católica"? Para leerlo, claro. ¡Para estudiarlo!


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