domingo, 11 de noviembre de 2012

MES DE MARIA 5º DÍA


Buenas queridos hermanos en Cristo, aquí les mandamos la meditación del quinto día, del mes de la Santísima Virgen María.


                                                                              

DÍA QUINTO (11/NOV)
 
Dios es nuestro Maestro
 
CONSIDERACIÓN. – La Santa Virgen se llama a sí misma la sirvienta del Señor; Ella lo reconoce asimismo por su Maestro y el más grande elogio que puede hacerse de los santos, es decir, que ellos también son los servidores del Señor.
Comprended bien el sentido de esta palabra: el servidor, no se pertenece; su tiempo, su trabajo, sus esfuerzos, todo es de su amo; si es dedicado y fiel, toma tan a pecho los intereses de aquel a quien sirve, que los cuida como a los suyos propios.
Nosotros pertenecemos a Dios, que nos ha creado, que nos ha redimido por la sangre de su Hijo. Estamos en la tierra para servirle; es decir, para cumplir los mandamientos que nos ha dado, trabajar para la gloria y para la salvación de nuestros hermanos y la nuestra. ¡Ay! ¡cuántos hombres han repetido en el fondo de su corazón y por sus acciones la espantosa palabra de Satán: “Non serviam”, “yo no serviré” y corrido así, a su propia condenación!
En cuanto a nosotros, imitemos a María, estimémonos felices de servir a un Dios bueno. En la observancia de sus leyes, encontraremos la paz aquí abajo y después de nuestra muerte, la felicidad que es la recompensa.
 
EJEMPLO. – San Vicente de Paúl vivía siempre en presencia de Dios, su Señor y Maestro. En el instante de iniciar algún trabajo, repetía según el Apóstol: Señor, ¿qué quieres que haga? y se aplicaba con gran cuidado a discernir las manifestaciones de la naturaleza de las inspiraciones de la gracia, a fin de descubrir cuál era la voluntad de Dios para cumplirla. También decía que la perfecta conformidad a la voluntad de Dios, es el mejor modo de triunfar de toda especie de tentación, de purificarse de las diferentes imperfecciones y de conservar la paz del corazón.
 
PLEGARIA. – Hazme comprender, ¡oh Virgen María! cuán feliz soy por haber sido llamado al servicio del Rey de los reyes, del Señor de los señores, y qué gloria es para mí, pobre criatura, pertenecerle y poder aspirar a la felicidad de habitar en la casa de mi Amo, por los siglos de los siglos. Así sea.
 
RESOLUCIÓN. – Me glorificaré de estar al servicio de Dios.
 
JACULATORIA. – Madre del Creador, rogad por nosotros.
 
Un abrazo en Jesús Misericordioso y la Santísima Virgen María, en el amor del Espíritu Santo, bajo la protección de San José y la mirada amorosa de Dios Padre.
Familia Mobilia

No hay comentarios:

Publicar un comentario