lunes, 11 de marzo de 2013

12º Día del mes en honor de San José


MES EN HONOR DE SAN JOSÉ

                                                   
                                 Pensamientos e invocaciones

Día 12º- Hombre de la sencillez. Ser persona sencilla como tú, oh San José, no es sólo una dimensión del carácter, sino una virtud adquirida con el esfuerzo diario de hacerse disponible a los demás.

Ayúdame, oh San José, a no ser persona complicada, retorcida, e inaccesible, sino amable, sencilla y transparente.

Les mandamos el septimo don, conque Dios embelleció y enriqueció el alma de San José:                                                                                                                                                                                                                        
  1. Don piedad: El espíritu Santo, por el don de piedad, imprimió constantemente en el alma de San José un afecto filial hacia Dios, como a verdadero Padre, sintiendo vivamente esa filiación divina amando a  los demás hombres co o hijos también de Dios y a hermanos en él, abarcando en su afecto a todos los seres como a cosas de Dios, ofreciéndose también en sacrificio y redención por los demás hombres, unido al sacrificio de María de María y de Jesús.
San José Patrono del Purgatorio:
El cardenal Rouleau, arzobispo de Montréal, Canadá, escribía recientemente: “El poder de san José, patrón de la Iglesia universal, se ejerce con seguridad sobre la Iglesia sufriente como sobre la Iglesia militante. Las letanías lo invocan llamándolo: Patrono de los moribundos. Los moribundos, a los que consuela al momento del tránsito, pueden, evidentemente contar de inmediato con su paternal protección”. El 12 de febrero último, su Eminencia, concedía, para su diócesis, 200 días de indulgencias a la oración siguiente, indulgenciada, igualmente e otras diócesis:

Oración:

“Gran Santo, que amaste tan tiernamente a Jesús, y sentiste tan vivamente la pena de su ausencia durante el tiempo que pasaste en los Limbos, anda en auxilio del alma de “X”. Sé su consolador y su intercesor delante de Jesús y María. Haz que le sean aplicadas los sufragios de los piadosos fieles y los méritos del Salvador para que, librada de los lazos que la retiene, vuele al seno de Dios y entre en posesión de la dicha eterna. Amén”.

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