viernes, 8 de junio de 2012

9° Día del Sagrado Corazón de Jesús


                             

DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
                    Santa Margarita María de Alacoque          
¿Qué significa? 
            ¿Cuál es el sentido que Santa Margarita quería dar a estas frases de nueva redención, etc.? Para nuestro intento tal cuestión tiene un valor secundario, como dijimos arriba, pues nosotros únicamente deseamos demostrar que, en el concepto de la Santa, esta devoción es algo grande en el mundo; y eso se muestra evidentemente, cualquiera que sea la explicación especial que a las frases mencionadas deba darse. 
            No obstante, parece probable, como se verá por otros testimonios que insertaremos después, y ya se insinúa un poco en algunos de ¡os vistos, que ¡a devoción al Corazón de Jesús es como una redención segunda, no en el sentido de que implique redención numéricamente distinta de la efectuada por Cristo Nuestro Señor en la cruz - ¿quién piensa tal desatino? - sino en el de que, o es una comunicación tan copiosa e inusitada de las gracias merecidas por la vida, pasión y muerte del Redentor, que efectivamente pueda llamarse como una redención nueva, o es una renovación del período de fervor que se siguió inmediatamente a la redención de Cristo. Ya se ve que entrambas explicaciones no son entre sí diversas esencialmente, sino que la primera indicaría la causa y la segunda el efecto. Ambas están confirmadas por otros testimonios de la Santa y de otros grandes amigos del Corazón de Jesús. «El no quiere establecer su nuevo reino entre nosotros – escribe Santa Margarita - sino para repartirnos más copiosamente sus gracias de santificación y de salud». 
(Continúa)
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Comenzamos esta meditación haciendo un acto de contrición por nuestras faltas:
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Dulcísimo Corazón de Jesús,que en este Divino Sacramento                 estás vivo e inflamado de amor por nosotros!                           Aquí nos tienes en vuestra presencia, pidiendo perdón de nuestras culpas e implorando vuestra misericordia.                            Nos pesa, ¡oh buen Jesús!, haberte ofendido,                   por ser Vos tan bueno que no mereces tal ingratitud.      Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.
 MEDITACIÓN CORRESPONDIENTE AL DÍA
DÍA 9
EL SAGRADO CORAZÓN,
 MODELO DE DESPRENDIMIENTO
I


La virtud que quiere enseñarte hoy, alma mía, el Sagrado Corazón de Jesús, es la muy heroica del desprendimiento. Tan desprendido de todo lo humano estuvo el Sagrado Corazón, que nada ejercía sobre Él peso, ni influencia alguna, como no fuese la voluntad de su Padre celestial.
   Estuvo desprendido de todo interés material, hasta el punto de nacer privado de todo, en una cueva, y morir desnudo de todo, en la Cruz y en el intermedio de su vida, nunca tuvo cosa que llamase suya. Las limosnas que le daba la piedad de los fieles, las volvía Él a los pobres, o las depositaba en poder de sus discípulos.
   En cuanto a los afectos de sangre, ninguno de ellos obstaculizó para nada la libertad y desprendimiento del adorable Corazón de Jesús. Niño aún, deja a su Madre y San José y se separa por tres días de su dulce compañía y si éstos se atreven a formular una queja "¿No sabéis, les dice, que a Mí me toca atender primero a las cosas de mi Padre celestial?".
    ¡Oh sublime libertad de espíritu! ¡Oh total desprendimiento de lazos humanos! ¡Oh soberana independencia del corazón entregado únicamente a Dios!
   Medítese unos minutos.
II
    No es así ¡oh Jesús mío! mi pobre corazón, esclavo de tantos señores y atado a tan miserables cadenas, que de todas partes detienen su vuelo hacia Dios.
   Me ata el amor a los bienes temporales; me ata el ansia por las comodidades de mi persona; me ata el afecto exagerado a los amigos. Mi corazón ha echado tan profundas raíces en esta tierra vil que le rodea, que no sabe vivir sino con ella y por ella. Y así como la planta se nutre y forma de los jugos que bebe del suelo por medio de sus raíces, así mi corazón vive y se nutre sólo de la miseria del mundo por medio de los mil y un afectos que le tienen atado a él.
  Desarraiga, Jesús mío, mi alma de esta tierra de pecado, donde no crece, ni florece como debiera sólo para Ti. Que yo viva en este mundo sólo corporalmente, pero viva espiritualmente fuera de él. No me llenen afectos humanos a mí, que estoy llamado a poseer un objeto divino. Haz que encuentre amargura y desabrimiento en todo lo que no seas Tú, para que no se pegue mi corazón más que a Ti.
   Si contigo tan sólo he de reinar eternamente, ¿Cómo soy tan fácil en entregar mi corazón a esas tristes criaturas que tan pronto voy a abandonar?

   Medítese, y pídase la gracia particular.

ORACIÓN Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido a tus pies, ¡oh Jesús mío!,considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo tu adorabilísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo, para hacerme digno de las gracias y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven.
   ¡Mira que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Ti como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mira que soy muy ignorante, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que soy muy fragil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer! Sé todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, luz de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Ti lo espera todo mi pobre corazón. Tú lo alentaste y convidaste cuando con tan tiernas palabras, dijiste repetidas veces en tu Evangelio: Venid a Mí,... Aprended de Mí... Pedid, llamad... A las puertas de tu Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.

   Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria, en recuerdo de las tres insignias: cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.

Un abrazo en Jesús y María, bajo la protección de San José.
Familia Mobilia


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