viernes, 23 de marzo de 2012

Carta a un hermano Sacerdote - (16)




 

16
Intimidad
                                                                                 Navidad
                                              25 de diciembre de 1993

Querido padre Tomás:

       ¡Feliz Navidad!  Noche de Paz, noche de amor, todo duerme en derredor, brilla anunciando al niñito Jesús.  Este inspirado himno nos llegó porque en una iglesia rural de Alemania, hace cien años se rompió un órgano.
       “El párroco de esta pequeña iglesia dijo que sin órgano la Navidad iba a ser una "noche de silencio, una Noche de Paz".  Entonces, para la Misa de Medianoche, el organista compondría una melodía, el Sacerdote escribiría la letra y el coro cantaría las suaves alabanzas de este himno.
       Esta fue la intención al componer el himno: hacer un himno sencillo, cantado una sola vez y echado al olvido.  Días después de la Nochebuena, una tormenta de nieve impidió que llegara el hombre que arreglaría el órgano logrando hacerlo solo en la primavera cuando la nieve se hubo derretido.  Al terminar de arreglarlo se dio cuenta que sobre el órgano yacía una partitura desde aquella noche de Navidad. Él la tomó y se la llevó consigo a Munich.  El resto es historia.  "Noche de Paz" ha reverberado a través de los años.  Sus suaves acordes de amor y de Paz han inspirado a millones y millones, conmoviendo la vida de innumerables personas.
       Lo mismo sucede con una sola hora santa.  La dejamos en la capilla como la partitura de "Noche de Paz", y Dios transforma nuestra hora de oración en un caudal de gracias infinitas para Su pueblo.  Una sola hora santa conmueve más corazones por la gracia de Dios, que toda la gente que se ha conmovido con 'Noche de Paz'.  De una sola hora santa las gracias de Dios reverberan a través del mundo hasta el fin de los tiempos y continuarán por toda la eternidad.
          Esto se debe al aprecio divino que Dios tiene por aquellos que aman a su Hijo en el Santísimo Sacramento.  Dios Padre pasará toda la eternidad agradeciéndote y amándote en el cielo porque tú has honrado a Su Hijo en la tierra en el Santísimo Sacramento.  El Santísimo Sacramento es la continuación de la Encarnación de Cristo en la tierra.
          Cuando visitamos al Santísimo Sacramento encontramos la misma humildad y ternura que los pastores encontraron cuando visitaron al "niño acostado en el pesebre" (Lc 2,16).  El hambre en el corazón de Dios, por el amor del hombre,  está expresado en la profunda humildad de estas dos palabras, Niño Jesús.
          ¡Cuan grande es el deseo de Dios de tener una intimidad profunda con el hombre!  Jesús vino como un bebé, porque nunca nadie ha tenido miedo de acercarse a un bebé.  Un bebé es amado porque es tan indefenso.  Un bebé pidiendo amor con sus bracitos abiertos es irresistible.
          La Hostia Sagrada personifica la Ternura Divina de la Encarnación.  Tan manso y humilde, tan adorable y tan pequeñito y vulnerable, el Santísimo Sacramento es Jesús diciendo "Venid a mí... que soy manso y humilde de corazón... " (Mt 11,28-29).
          Só1o los humildes oyen Su voz.  Só1o aquellos con corazón de niño buscan Su Corazón en el Santísimo Sacramento.  Por eso es que Jesús dice: "Dejad que los niños vengan a mi, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios" (Mc 10,14).
          En aquel tiempo, los apóstoles desanimaban a los niños a acercarse a Jesús, así como ahora algunos sacerdotes desaniman a la gente a acercarse al Santísimo Sacramento, a la Exposición o a la Adoración Perpetua.  Esto me recuerda a una pelicula llamada 'El Niño de Oro" ("Golden Child").  El destino del niño era la salvación del mundo ya que todo lo que él tocaba se curaba y quedaba perfecto.  El diablo lo encierra en una jaula y lo aleja de la gente.  La misión consistía en liberar al niño.
          San José tuvo que proteger al niño Jesús con la huida a Egipto.  Un Herodes furioso había ordenado una masacre (Mt 2,16).  El Papa compara esto con el aborto de la vida humana.  Pero también existe el aborto de la vida divina.  Aquellos que destruyen la adoración aíslan a los fieles del torrente de la vida divina.
          En el Congreso Eucarístico de Sevilla, España, meditando sobre los escritos del obispo Manuel González, el Santo Padre hizo una exhortaci6n a la adoración perpetua en cada parroquia del mundo entero.  El obispo González inspiró al obispo Félix Zafra y el obispo Zafra inspiró a los Misioneros del Santísimo Sacramento.
          El obispo González compara la visita al Santísimo Sacramento con el acercamiento a la cálida luz del sol, con el beber del agua de una fuente refrescante que da vida, y con el ensimismamiento por la dulce fragancia de una flor.  Pero como el sol, la fuente y la flor no tienen corazón, si no nos acercamos a ellos no se entristecen.
          El Corazón de Jesús si se entristece si no nos acercamos a El, porque Su Corazón es el más sensible y tierno de todos los corazones.  "Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia Él y le daba de comer" (Os 11,4).
          A semejanza de la estrella sobre Belén, el Papa ha puesto el punto de atención en el Santísimo Sacramento como el "que cura" todos nuestros males tanto en la Iglesia como en el mundo. La solución a toda confusión y promiscuidad en el mundo es la intimidad con Jesús en el Santísimo Sacramento.  El eludir Su llamado a esta intimidad es la causa de toda promiscuidad.
          Esta noche en la Misa de medianoche, Joseph Skelton, Keith Poupard, George Wilson y Lou Verroi cantaron "Más cerca, oh Dios de Ti" ("Just a closer walk with Thee").  Y es así de simple. La prolongación de la Encarnación de Cristo en el Santísimo Sacramento es Jesús mismo que viene íntimamente a nuestro lado para que podamos acercarnos más íntimamente a Él.
          "Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en é1'.  Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos" (Mc 10,15-16).
          Esto es adoración perpetua Tomás.  El Santísimo Sacramento es Emmanuel.  "Dios con nosotros", que se ha 'rebajado" con infinita humildad y amor para que Él continúe abrazando, bendiciendo y curando a todos sus hijos hoy, así como lo hizo en el tiempo del Evangelio.
          La Iglesia nunca pretendió ser tan excesivamente institucional, burocrática o legalista, sino más bien cálida, personal e intima.  La gente es atraída a lo que es amigable y adorable.  La adoración perpetua es una puerta siempre abierta.  Es un signo de los brazos abiertos de Cristo en el Santísimo Sacramento, siempre invitando, dando la bienvenida y abrazando a cada uno de los que se acercaban a Él.  Una puerta siempre abierta con los brazos abiertos de Cristo que espera, inspira a todos un sentido de pertenencia personal.  Una puerta siempre abierta exponiendo la luz del Amor Divino en la Custodia, define el verdadero significado de la Encarnación.  En el Santísimo Sacramento el Verbo continúa haciéndose carne y habita entre nosotros.  Así como vemos al niño acostado en el pesebre, así también podemos ver en la Sagrada Hostia la misma "gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14)
          Por esto es que la Madre Teresa decía que cuando miramos a la Sagrada Hostia vemos cuánto Jesús nos quiere AHORA.  Este amor perdurable es Su Amor eterno por ti.  Este Amor perdurable nos dice "confiadle todas vuestras preocupaciones, pues Él cuida de vosotros" (1 P 5,7).
          Con plena confianza deposita todos tus temores y ansiedades en Su Corazón y a cambio recibirás Su paz.  El único sonido que Él quiere que tú oigas en tu cabeza y en tu corazón es el sonido de Su amor permanente.  Cada hora santa debería ser como esta canción "esta noche hay por todas partes un cierto silencio.  Por eso escucha con mucha atención, acércate y verás lo que te quiero decir.  No es un sueño.  El único sonido que oirás es cuando te susurre al oído, TE AMO por siempre jamás" ("There is a kind of hush, all over...").
          Gracias al Amor permanente de Jesús en el Santísimo Sacramento es por lo que todavía podemos decir: "Noche de paz, noche de amor, todo es calma, todo brilla en derredor, duerme la paz celestial".
          Este amor perdurable es la razón por la cual debemos estar tan entusiasmados de tener una capilla de adoración perpetua así como lo estuvo el ángel al proclamar la buena noticia del nacimiento de Jesús en Belén, la primera capilla de adoración perpetua.  Querido Tomás, sé ese ángel, ese mensajero, y dile a la gente con esa misma alegría, que tu parroquia tendrá adoración perpetua en donde el mismo Jesús nacido en Belén los estará esperando con los brazos abiertos.  "No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo" (Lc 2,10).

Fraternalmente tuyo en
Su Amor Eucarístico,

Mons.  Pepe

No hay comentarios:

Publicar un comentario