jueves, 15 de marzo de 2012

Via Crucis Meditado ( 10°- 11° - 12° - 13° - 14° Estación)


Al caminar de estación a estación digamos o cantemos:

                          Perdón oh Dios mío

Perdón y Clemencia
Perdón e Indulgencia
Perdón y Piedad.

Pequé y mi alma
Su culpa confiesa
Mil veces me pesa
De tanta maldad.

Perdón oh Dio mío...





                                        Jesús es despojado de sus vestiduras. 




 DÉCIMA ESTACIÓN

“En el Calvario, Jesús es despojado de sus vestiduras”

         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.



Jesús es despojado de sus vestiduras, se los reparten los soldados; y su manto hecho de una sola pieza, se lo sortean. Jesús, decidido a consumar la Redención del género humano, se deja como la oveja al matadero, sin rebelarse, solo sufrir las ignominias que le hacen los soldados, sobre todo, por obediencia hace la Voluntad del Padre, único camino de Salvación para nosotros.    Pidamos perdón a Dios por todas nuestras rebeldías a sus Mandamientos, por toda la humanidad que ha perdido la decencia, los valores de la vida, la castidad moral.   Conociendo el sacrificio del Señor, aún le somos infieles; dolémonos por nuestros pecados y arrepintámonos de los grandes pecados que hemos cometido, la Misericordia de Dios es mucho más grande y está siempre dispuesto a perdonarnos si lo buscamos y le pedimos humildemente perdón.    






                                         Jesús es clavado en la cruz.





UNDÉCIMA ESTACIÓN

“ Jesús es clavado en la Cruz”

         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.




En el madero que El llevó, le clavan sus manos, primero su izquierda y después su derecha, lo elevan y terminan la Crucifixión, clavándole sus pies; el árbol de la Vida, ya ha sido plantado en la tierra: Jesús Crucificado.    Pero antes de expirar, estando su Augusta Madre y Juan al pié de la Cruz, mirándolos les dijo: “Mujer he ahí a tu hijo, hijo he ahí a tu Madre”.    Ella, la Virgen y Madre, es parte activa del Misterio Salvación de Dios, por lo tanto, Ella es nuestra Corredentora y es el medio más corto para llegar a Jesús, el Hijo de Dios y Salvador nuestro,  Jesús es el único puente para llegar finalmente a Nuestro Dios Padre.   Con ésta Esperanza vivamos.
Pidamos a Dios Padre, la gracia de ir siempre en pos de su Amado Hijo Jesús; de esta manera, Dios cumple la promesa que les hizo a Adán y Eva al expulsarlos del Paraíso por desobedecer: “Les enviaré a un Salvador”, y a la serpiente le sentenció: “Una Mujer te aplastará la cabeza”.     Ella es Maria













Jesús muere en la cruz. 





DUODÉCIMA ESTACIÓN

“ Jesús es clavado en la Cruz”

         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.




Contemplemos a Nuestro Divino Maestro y Salvador, suspendido entre el cielo y la tierra.   La Obra ya ha sido consumada, la Gran Promesa a Adán y Eva, ya ha sido cumplida.   “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, e inclinando la cabeza, Jesús expira.   Pidamos a ésta Madre de Dolores, que imprima profundamente en nuestros corazones las llagas de Jesús crucificado; pidámosle que nos enseñe las cosas del cielo, todos los Misterios de nuestra religión en particular éste gran Misterio de la Redención que muchos no entendemos y nos vamos por otros rumbos peligrosos, desdeñando la Esperanza de su Promesa Divina que es la vida eterna.   Un Dios haciéndose hombre y muriendo por sus criaturas, ¿Quién lo podrá entender?, es un Misterio de Amor; es algo que no podemos concebir en nuestras mentes limitadas, es superior a la inteligencia humana.  Pero si abrimos nuestros corazones, lo entenderemos. 





                                      Jesús en los brazos de María Santísima. 




DECIMOTERCERA ESTACIÓN

“ Jesús en los brazos de María Santísimia”

         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.





Contemplemos a Jesús todavía en la cruz, su cuerpo inerte, desfigurado, lleno de heridas, todo desgarrado. Y preguntémonos: ¿EL ha hecho todo esto por mí?
Esto es una gran prueba de Amor, que nadie puede dudar.    Si alguno de nosotros fuese condenado a padecer todos los tormentos que Jesús sufrió: La Flagelación, La Coronación de espinas, La Crucifixión, y que otro viniese y te diga: No, no amigo mío, déjame  tomar tu lugar; yo voy a sufrir todo eso por ti.   ¿Dudarías  acaso del amor de esa persona por ti?.   Eso es lo que Jesús ha hecho por ti y por todos nosotros.   Hagamos un serio Examen de Conciencia  y preguntémonos si seguimos las huellas de Jesús sufrido.   Démonos cuenta y de una vez por todas aceptemos que merecemos sufrir para expiar nuestras culpas, nuestros pecados.   Es lo menos que podemos hacer en éste mundo, si queremos tener parte en el Reino de Jesús en unión de Nuestra Madre Santísima.





                                       Jesús es puesto en el sepulcro. 


DECIMOCUARTA ESTACIÓN

“ Jesús es puesto en el sepulcro

         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.





Por temor a los judíos y antes del anochecer, conducen el cuerpo de Jesús a un sepulcro nuevo horadado en la roca, allí lo depositan, se despiden de EL y cierran la entrada con una gran piedra plana.    En el corazón de su Madre Dolorosa, penetra La Soledad, porque ya no tiene a su lado a su Hijo Amado.   Hay que estar dispuestos a despojarnos del hombre viejo y enterrarnos con El, si queremos resucitar con Nuestro Divino Maestro a una nueva vida, una vida de amor y generosidad. Que por los méritos de su Santa Pasión, Jesús haga éste milagro en nuestro favor, pero hay que estar dispuestos a su Divina Voluntad.
La Pasión y muerte del Dios hecho hombre, es el acontecimiento más extraordinario en la historia de la humanidad; jamás podrá ser borrado. Se habla de toda clase de acontecimientos, pero el de Jesús muriendo por la humanidad, es el mayor de todos.



                                       
             
                                           La resurrección de Jesús.


ÚLTIMA ESTACIÓN

“ La resurrección de Jesús"


      ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado (Lucas 24,5). 

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