domingo, 11 de marzo de 2012

Via Crucis Meditado ( 2°- 3° - 4° - 5° Estación)


Al caminar de estación a estación digamos o cantemos:


Perdón oh Dios mío
Perdón y Clemencia
Perdón e Indulgencia
Perdón y Piedad.

Pequé y mi alma
Su culpa confiesa
Mil veces me pesa
De tanta maldad.

Perdón oh Dio mío...





                                              

SEGUNDA ESTACION
“Jesús con la Cruz a cuestas”
         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.

Jesús acepta la Cruz, la besa tres veces y la carga con amor, cuyo  peso es de nuestros pecados.   Si Jesús no hubiera aceptado el sufrir por nosotros, estaríamos perdidos.   Sin los méritos infinitos adquiridos por la Pasión de Nuestro Señor, sin su infinita Misericordia, todos estaríamos condenados.
Agradezcamos a Jesús y recordemos las grandes obras de amor  alcanzadas en su Pasión.   En efecto, si Dios nos envía sufrimientos, pruebas de todas clases, es para salvarnos aún en contra nuestra.   Los hombres perderían, irían al infierno, si Dios les dejara vivir en lo cómodo, puesto que “el camino al cielo es estrecho”.   En su bondad y misericordia, no deseando que los frutos de la su Redención sean inútiles, Dios envía sufrimientos de todo género a los pobres humanos. Pidamos la gracia de aprovechar lo que nos envía el Señor, aceptándolo con mucho amor.   Besemos la Cruz que nos da. 





                                          
                                         Jesús cae por primera vez.

TERCERA ESTACIÓN
“Jesús cae por primera vez”
         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.

Jesús había sufrido tan sangrienta flagelación, que sin un milagro no habría podido cargar con la cruz y llegar al Calvario.   Los profetas habían anunciado que el Salvador sería colgado del madero.   Así eran los designios de Dios: “Su hijo bienamado debía morir crucificado”.   Pidamos a Dios, la gracia de hacernos llegar hasta el fin de nuestra jornada, de llevar a cabo nuestro peregrinar terrestre tal como Dios nos lo ha trazado.   Pidamos de aguantar hasta el fin, de perseverar no importa lo que pase, a pesar de las pruebas y dolores de la vida a fin de obtener la recompensa prometida a las almas que perseveren hasta el fin.   Pidamos ésta perseverancia por los méritos de la Santa Pasión  de Jesús.
Los acontecimientos trágicos conmemorados cada año a través de la Semana Santa, no fueron sino la Pasión exterior y final de Nuestro Señor; toda su vida sufrió su real Pasión y su Madre estuvo asociada.     






                                                   

CUARTA ESTACIÓN
“Jesús encuentra a su Madre Santísima en su camino”
         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.


Nuestro Señor y su Santísima Madre siempre estuvieron muy unidos, no eran más que uno.   Durante la Pasión, nuestra buena Madre estuvo íntimamente ligada a su Divino Hijo; le siguió en el camino del Calvario y participó de sus sufrimientos al más alto nivel.   No sin razón, la llamamos la Madre Dolorosa, Nuestra Señora de los 7 dolores. Pidamos a su Santísima Madre que interceda por nosotros a su Divino Hijo, para que nuestras almas redimidas a tan alto precio, sean purificadas por la misericordia divina..   Que esta santa Pasión, derrame gracias excepcionales sobre nuestra familia espiritual, sobre toda la cristiandad y sobre tantas almas que van hacia el camino de la perdición. Señor Jesús, que vuestra preciosísima Sangre purifique las almas por las que habéis muerto con tanto amor y que Vuestra Santísima Madre nos acompañe para ir en pos de ti.    






                                                    

QUINTA ESTACIÓN
“Simón el cireneo, ayuda a Jesús a cargar con la cruz”
         Te adoramos Señor y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimisteis al mundo.


Toman a un hombre venido del campo y lo obligan a cargar con la Cruz, yendo en pos de Jesús; porque creen que no llegue vivo al lugar del sacrificio.   Todos los días en nuestro prójimo sufrido y golpeado por la prueba, es el mismo Jesús que se nos presenta camino al Calvario.   Pidamos la gracia de imitar el gesto de Simón, ayudándole a llevar Su Cruz.   “Lo que hicisteis a uno de estos Mis hermanos menores, a Mí me lo hicisteis”, dice el  Señor.
Nos falta la fe viva para reconocer a Jesús que pasa cada día y varias veces por día por nuestro camino para darle una manita.
Pidamos a Dios el saber reconocer a Jesús que continúa Su Pasión en Sus miembros sufridos y podamos asistir a quien lo necesita.   Pero esta misma Pasión se perpetúa sin cesar entre nosotros, a favor de la humanidad; se renueva místicamente en todo instante del día sobre nuestros altares y en la vida de los miembros sufridos del cuerpo místico de Jesús. 



Continúa








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